Balance de daños, pero no de costes

La Generalitat dibujó ayer un primer esbozo de los efectos que ha dejado tras de sí el temporal de viento. No ha podido evaluar, sin embargo, lo que costará reparar el desastre. El Gobierno catalán desconoce, incluso, cuántos equipamientos públicos se han visto afectados, en mayor o menor medida. Los ayuntamientos también se lamen las heridas y hacen inventario. La mayoría de daños materiales llegaron como consecuencia de la caída de árboles en edificios y sobre la vía pública. El informe del Ejecutivo detalla los daños en escuelas: 360 sufrieron desperfectos, pero sólo 28 tuvieron que cerrar...

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La Generalitat dibujó ayer un primer esbozo de los efectos que ha dejado tras de sí el temporal de viento. No ha podido evaluar, sin embargo, lo que costará reparar el desastre. El Gobierno catalán desconoce, incluso, cuántos equipamientos públicos se han visto afectados, en mayor o menor medida. Los ayuntamientos también se lamen las heridas y hacen inventario. La mayoría de daños materiales llegaron como consecuencia de la caída de árboles en edificios y sobre la vía pública. El informe del Ejecutivo detalla los daños en escuelas: 360 sufrieron desperfectos, pero sólo 28 tuvieron que cerrar sus puertas. Ayer, 11 escuelas seguían sin acoger a sus alumnos, que regresarán a clase entre hoy y mañana. Los pabellones deportivos también llevaron buena parte del daño. Además del trágico caso de Sant Boi, las instalaciones deportivas de Santa Coloma de Cervelló (Baix Llobregat) y Vacarisses (Vallès Occidental) quedaron destrozadas. En Tarragona, se levantó parte del techo de una piscina municipal. Y en Ribes de Freser (Ripollès), el cementerio resultó afectado.

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El epicentro de los daños fue el Baix Llobregat. Cientos de árboles (sobre todo, pinos) cayeron en urbanizaciones.

Las explotaciones agrícolas de Cataluña también sufrieron daños, que en general fueron leves. En el Bages, se hundió una nave para animales que, en el momento del accidente, estaba vacía. Hubo destrozos en cultivos de diversas explotaciones; en una de Vilanova i la Geltrú, por ejemplo, los desperfectos alcanzan los 6.000 euros. Invernaderos y almacenes también sufrieron las iras del viento.

El temporal hizo caer postes de telefonía, mobiliario urbano, paneles informativos y señales de tráfico. También afectó al suministro eléctrico: 200.000 clientes de Fecsa se han quedado sin luz.

El transporte no se libró del caos por la caída de árboles en las vías. Ferrocarrils de la Generalitat registró 17 incidentes graves la mañana del sábado -la mayoría, en la línea del Llobregat-Anoia- que obligaron a interrumpir el servicio.

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