El PNV suaviza su oposición en el 'caso Balenciaga' para disimular su soledad

Los nacionalistas trataron de forzar una votación sobre un dictamen alternativo

El PNV lo intentó hasta el último momento. Incluso la presidenta de la comisión parlamentaria de investigación del caso Balenciaga, Onintza Lasa, de EA, llegó a plantear ayer en la definitiva reunión que sobre la mesa había dos dictámenes a votar: el acordado y ya cerrado el pasado viernes por todos los grupos menos el PNV, que culpa a la consejera de Cultura, Miren Azkarate, del caso, y otro incorporando modificaciones de los peneuvistas para minimizar las responsabilidades de ésta y repartir las culpas de las irregularidades que se han ido descubriendo en la construcción del futuro mu...

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El PNV lo intentó hasta el último momento. Incluso la presidenta de la comisión parlamentaria de investigación del caso Balenciaga, Onintza Lasa, de EA, llegó a plantear ayer en la definitiva reunión que sobre la mesa había dos dictámenes a votar: el acordado y ya cerrado el pasado viernes por todos los grupos menos el PNV, que culpa a la consejera de Cultura, Miren Azkarate, del caso, y otro incorporando modificaciones de los peneuvistas para minimizar las responsabilidades de ésta y repartir las culpas de las irregularidades que se han ido descubriendo en la construcción del futuro museo Balenciaga, en la localidad guipuzcoana de Getaria. La cerrada oposición del PSE y PP a aceptar esas nuevas incorporaciones de calado del PNV cuando ya se había cerrado el dictamen, advirtiendo de que votarían en contra y se reservarían un voto particular para el pleno, arrastró a los demás partidos. Todos, menos el PNV, que al final se abstuvo, votaron a favor del dictamen original, el del viernes, en el que se vuelve a reprobar a la consejera por la dejación de su departamento en la gestión adecuada de los recursos públicos y la falta de controles.

Los peneuvistas pretendían reducir la responsabilidad de Azkarate
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El PNV quería evitar por todos los medios otro palo similar al del caso Guggenheim. El dictamen de esa comisión le acusa de falta de celo en el desfalco cometido por el ex director financiero y en la operación de compra de dólares, en la que se perdieron más de seis millones de euros. Incluso el lehendakari Juan José Ibarretxe advirtió a sus socios EA y EB de que si no apoyaban al PNV y evitaban la censura parlamentaria de la consejera, podría disolver la Cámara antes de tiempo para que no se votasen en pleno los dictámenes del Guggenheim y Balenciaga. Así, todo quedaría en agua de borrajas.

En el caso del Guggenheim, el PNV contó con cierto apoyo de EB (al día siguiente se intentó desmarcar), pero en el de Balenciaga se ha quedado más solo aún. Todos los partidos han votado a favor del dictamen y en un intento de maquillar esa soledad, el PNV ha optado por la abstención. Eso sí, reservándose un voto particular para defender en el pleno monográfico del próximo lunes y tratar de esta forma de matizar algunas cuestiones.

El tiempo muerto solicitado por los nacionalistas el pasado viernes para dejar hasta ayer la votación final, se tradujo en un intercambio de correos electrónicos a lo largo del fin de semana de los parlamentarios peneuvistas Luke Uribe-Etxebarria y Eider Mendoza con la presidenta de la comisión, Onintza Lasa. Con esos correos, los dos parlamentarios trataban de que el dictamen quedase más abierto, menos reprobatorio para Azkarate y sin que la exigencia de responsabilidades recayera casi en exclusiva sobre los responsables del consejo de administración de la sociedad Berroeta-Aldamar, presidida por la consejera. y de la dirección de Patrimonio, dependiente del Departamento de Hacienda. La pretensión de los nacionalistas era que se cargara más la mano sobre los miembros de la Fundación Balenciaga, integrada por el Ayuntamiento de Getaria y el Ministerio de Cultura. En el dictamen final sí que hay un reproche para el ministerio por no comunicar a la sociedad Berroeta el informe que envió a la Fundación declarando inservible el proyecto básico del museo.

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La consejera Azkarate ya asumió en su día, cuando compareció ante la comisión, su posible responsabilidad política en el caso. Por eso, los partidos esperan ahora que concrete esa declaración.

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