España y Guantánamo

Como lector diario de EL PAÍS, me satisface que haya conseguido publicar en exclusiva los documentos oficiales que demuestran la connivencia del Gobierno español con las operaciones norteamericanas para trasladar ilegalmente a personas detenidas a la base naval de Guantánamo, en territorio cubano.

Sin embargo, como ciudadano, me horroriza que tenga que ser EL PAÍS el que revele estos documentos. A estas alturas los ciudadanos estamos de sobra hechos a la idea de que el Gobierno de José María Aznar no tuvo en ningún momento escrúpulos en colaborar con los asesinatos en Irak o las tortura...

Como lector diario de EL PAÍS, me satisface que haya conseguido publicar en exclusiva los documentos oficiales que demuestran la connivencia del Gobierno español con las operaciones norteamericanas para trasladar ilegalmente a personas detenidas a la base naval de Guantánamo, en territorio cubano.

Sin embargo, como ciudadano, me horroriza que tenga que ser EL PAÍS el que revele estos documentos. A estas alturas los ciudadanos estamos de sobra hechos a la idea de que el Gobierno de José María Aznar no tuvo en ningún momento escrúpulos en colaborar con los asesinatos en Irak o las torturas en Guantánamo. Su menosprecio por los derechos humanos es tan conocido que poco puede sorprendernos ahora.

Cosa distinta es la, cuanto menos, ineficacia del Gobierno actual. Leo en EL PAÍS una relación detallada de los vuelos ilegales norteamericanos que hicieron escala en España, sobre todo en las bases andaluzas de Rota y Morón, y resulta que la mayoría tuvieron lugar en 2005 y 2006, bajo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Como ciudadano quiero creer en la buena fe del Gobierno actual, pero me escandaliza que nadie en el mismo pudiera tener conocimiento de estos actos ilegales que, sin embargo, EL PAÍS afortunadamente ha conseguido. La responsabilidad de Aznar es indudable, pero lo que me asusta de verdad en el momento de escribir esta carta es la responsabilidad de Zapatero. Por ignorancia o por descontrol.

Sacamos nuestras tropas de Irak y sin embargo seguimos permitiendo el uso de bases militares de uso conjunto en suelo español para detener ilegalmente. Quién sabe si también para torturar. Que el Gobierno se entere por la prensa no es un triunfo de la libertad de expresión, sino un escándalo tremendo.