Análisis:

En 2002 se sabía lo que pasaba en Guantánamo

El ex ministro de Exteriores Josep Piqué indicó el 3 de diciembre en la Universidad Complutense que en febrero de 2002 él no sabía "lo que iba a pasar en Guantánamo después". Piqué formó parte del grupo que, según los documentos publicados por el EL PAÍS, decidió que Estados Unidos usara aeropuertos españoles para transportar a prisioneros detenidos ilegalmente en Afganistán hacia la base de Guantánamo. El entonces ministro de Exteriores, al igual que otros funcionarios del ministerio y Presidencia parece que no tuvieron tiempo de informarse bien. Porque, de hecho, sí se conocían cosas inquiet...

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El ex ministro de Exteriores Josep Piqué indicó el 3 de diciembre en la Universidad Complutense que en febrero de 2002 él no sabía "lo que iba a pasar en Guantánamo después". Piqué formó parte del grupo que, según los documentos publicados por el EL PAÍS, decidió que Estados Unidos usara aeropuertos españoles para transportar a prisioneros detenidos ilegalmente en Afganistán hacia la base de Guantánamo. El entonces ministro de Exteriores, al igual que otros funcionarios del ministerio y Presidencia parece que no tuvieron tiempo de informarse bien. Porque, de hecho, sí se conocían cosas inquietantes sobre el tratamiento a prisioneros de Estados Unidos en la base de Bagram (Afganistán) y vuelos a Guantánamo en 2002.

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Los primeros detenidos llegaron a Guantánamo desde Afganistán en enero de 2002, sin acusación, sin proceso, sin respetar el hábeas corpus. Tres días después de los primeros traslados a Guantánamo, Amnistía Internacional pidió a Estados Unidos que respetase los derechos humanos fundamentales de los detenidos en el documento Amnistía Internacional pide a Estados Unidos que ponga fin a la situación de indefinición jurídica de los prisioneros de Guantánamo (AMR 51/009/2002)

El 28 de mayo de 2002, Human Rights Watch escribió al entonces secretario de Defensa Donald Rumsfeld, arquitecto del uso de torturas y violencia en los interrogatorios, reiterándole la preocupación debido a que "el Gobiernos de Estados Unidos no está todavía cumpliendo con los requerimientos de la legislación sobre derechos humanos y derecho internacional humanitario para determinar la situación legal y la futura disposición de las personas detenidas en la base de Guantánamo y en Afganistán y zonas aledañas".

Estos son sólo dos ejemplos de otras denuncias. Para 2003 Guantánamo ya alojaba más de 600 prisioneros sin acusación ni proceso. El Anuario de Human Rights Watch 2002 denunciaba encarcelamientos ilegales y abusos por parte de Estados Unidos. http://www.hrw.org/legacy/wr2k2/us.html.

Dado que en 2002 el presidente Aznar y el ministro de Exteriores y sus funcionarios tenían prisa por agradar al presidente George W. Bush quizá no buscaron los datos. Pero en 2003 la información ya era abundante. EE UU encarcelaba a personas sin respetar la Convención de Ginebra. Creó comisiones militares especiales para juzgar a los ciudadanos no estadounidenses. Al mismo tiempo, altos cargos de Washington argumentaban que los prisioneros de Guantánamo, y luego de Abu Ghraib, eran "combatientes enemigos" (una figura inexistente en el Derecho) que no estaban adscritos a ningún Estado. Por lo tanto, estas personas no tenían derecho a que se aplicaran las convenciones internacionales.

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En 2002 había evidencias suficientes para no autorizar vuelos secretos con detenidos ilegales. Piqué no puede argumentar desconocimiento. Por su parte, el Gobierno de Rodríguez Zapatero tiene que clarificar si desde 2004 -cuando los datos sobre tortura eran manifiestos- conocía que los vuelos continuaron o no ha tenido control sobre qué hace Estados Unidos en los aeropuertos españoles.

Mariano Aguirre, director del área de paz y seguridad de FRIDE. www.fride.org

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