Reportaje:

El viaje de 'Las Latas' a ninguna parte

La autora de la escultura desaparecida en Moratalaz, una francesa de 73 años que fue premio Nacional en 1971, se pregunta dónde está su obra

La vida tiene esos extremos. Uno recibe el máximo galardón por una obra de arte, el Premio Nacional de Escultura, y años más tarde las piezas del premiado desaparecen y nadie, ni siquiera sus propietarios, tiene idea de dónde están. "Cuando la vi en el periódico me dio un vuelco el corazón. Después de tanto tiempo... Fue como revivirlo todo", cuenta Michele Lescure en un español que se afrancesa cada vez que sus palabras se estrellan contra las erres y las ches.

Ella la llamó La Fuente, pero en el barrio la conocían por Las Latas. Fue en 1973 cuando el arquitecto Arturo Gu...

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La vida tiene esos extremos. Uno recibe el máximo galardón por una obra de arte, el Premio Nacional de Escultura, y años más tarde las piezas del premiado desaparecen y nadie, ni siquiera sus propietarios, tiene idea de dónde están. "Cuando la vi en el periódico me dio un vuelco el corazón. Después de tanto tiempo... Fue como revivirlo todo", cuenta Michele Lescure en un español que se afrancesa cada vez que sus palabras se estrellan contra las erres y las ches.

Ella la llamó La Fuente, pero en el barrio la conocían por Las Latas. Fue en 1973 cuando el arquitecto Arturo Guerrero Aroca, que diseñó una colonia en Moratalaz, le encargó a Michele un conjunto escultórico para la plaza de Hacienda de Pavones. Había ganado el Nacional de escultura dos años antes. Aceptó. Se encerró tres meses en su taller y comenzó a doblar planchas de acero inoxidable de dos milímetros de grosor. "Lo hacía con la pierna. Soy muy bruta". Buscaba sus adoradas curvas. Todo a escala de la maqueta. Y acabó encontrando lo que buscaba. Pero hoy, 35 años después, nadie sabe dónde está ese enorme conjunto escultórico que brillaba en pleno Moratalaz y que giraba sobre sí mismo con un motor eléctrico.

La Concejalía de Las Artes dice que el caso es de Urbanismo, que lo niega

Gran parte de la obra de Lescure está hecha a base de esas curvas de acero. "Me gustan. Sin cortes. Son líneas, es música...", explica la parisiense de 73 años, viuda de un artista español. Llegó a España con una beca de la Casa Velázquez. Se enamoró y se casó. Hoy vive en Móstoles, donde tiene su estudio y todavía esculpe y pinta. "Sólo por encargo. Tengo demasiada obra y no cabría en casa", dice con una sonrisa socarrona.

Por Las Latas -un conjunto formado por dos piezas de acero inoxidable de hasta cuatro metros de altura- el Ayuntamiento de Madrid le pagó 200.000 pesetas (1.200 euros). "Era preciosa. Pero empezó a deteriorarse. Se llenó de pintadas y los niños le tiraban las piedras que había en el fondo del laguito", recuerda la escultora. Michele comenzó a mandar cartas a la Junta para pedir explicaciones. Les recordó a aquellos políticos, cuyos nombres no se esfuerza en recordar, que la Ley de Propiedad Intelectual le daba derecho a "exigir el respeto a la integridad física de la obra". Pidió que la restauraran. Ni caso. Le contestaron que no había dinero. En 1995 el Ayuntamiento se llevó Las Latas a un depósito.

El área de Las Artes dice que no sabe nada y que la cuestión depende de Urbanismo. Pero esa concejalía le devuelve la pelota y recuerda que desde hace cuatro años la competencia de los monumentos es del área de Las Artes. Así que nada. Desaparecida. Como la escultura de 38 toneladas de Richard Serra que se extravió hace 10 años cuando se la llevaron del Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía.

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"Yo pensaba que todavía estaba en aquella plaza. Deteriorada, pero que estaba ahí. Seguro que lo poco que quedaba de ella lo han destruido. Me da mucha pena", dice Lescure. Además, el Estado le compró tres esculturas más. Todas han seguido una suerte parecida. "Tampoco sé dónde han ido a parar. Las colocaron en los jardines de lo que ahora es el Museo del Traje. Ya no están", explica con toda la pena del mundo. Como un coleccionista de arte tirando sus obras a la basura. Inexplicable.

Michele se enteró por EL PAÍS de la desaparición de su escultura. Un vocal de IU en Moratalaz, Juan Carcelén, llevaba meses buscándola. Pero todavía sigue desaparecida. "Así es el arte ahora. O quieren promocionar a alguien, o no. Yo estoy desolada de encontrarme tan al margen", lamenta Michele.

Michele Lescure, autora de la escultura desaparecida en Moratalaz, en su casa junto a la maqueta de la obra.MANUEL ESCALERA

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