Bruselas desoye las quejas y avala las gasolineras flotantes en Gibraltar

El presidente de la Comisión de Peticiones rechazó el envío de una inspección

La Comisión Europea confirmó ayer que las grandes gasolineras flotantes en que repostan buques en aguas del Estrecho operan conforme a la reglamentación comunitaria y que, en consecuencia, no hay razón para abrir ningún procedimiento de infracción, como reclamaba la organización Verdemar-Ecologistas en Acción. Europarlamentarios de la Comisión de Peticiones sugirieron la pertinencia de realizar un viaje de inspección a la zona, pero su solicitud fue rechazada por el presidente de esta comisión, quien les hizo saber que no habrá más misiones de investigación en esta legislatura, que concluirá e...

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La Comisión Europea confirmó ayer que las grandes gasolineras flotantes en que repostan buques en aguas del Estrecho operan conforme a la reglamentación comunitaria y que, en consecuencia, no hay razón para abrir ningún procedimiento de infracción, como reclamaba la organización Verdemar-Ecologistas en Acción. Europarlamentarios de la Comisión de Peticiones sugirieron la pertinencia de realizar un viaje de inspección a la zona, pero su solicitud fue rechazada por el presidente de esta comisión, quien les hizo saber que no habrá más misiones de investigación en esta legislatura, que concluirá el próximo junio.

El Ejecutivo comunitario hizo su aserto durante la vista en que la Comisión de Peticiones de la Eurocámara atendió las denuncias de Verdemar defendidas por Ángela Aguilera. Alegó la representante del grupo ecologista, armada de números, que el repostaje de buques de gran tonelaje "pone en peligro tanto el ecosistema como la propia actividad económica, la vida, la riqueza y el futuro de generaciones".

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Según Aguilera, entre 10 y 16 petroleros, están permanentemente fondeados en aguas del Estrecho, la mayoría junto a Gibraltar, en una zona que atraviesan casi un centenar de superpetroleros cada día. Alertó sobre el peligro de repetición de siniestros como el del New Flame, que chocó con un petrolero en el verano de 2007 y acabó por partirse en dos en diciembre.El dramatismo de Aguilera no hizo mella en el representante de la Comisión Europea, quien aseguró que las actividades de los buques nodriza en el Estrecho "se ajustan a las reglas comunitarias" y que no hay razones para incoar ningún procedimiento sancionador.

La Comisión de Peticiones es un ente del Parlamento Europeo nacido con la idea de responder directamente a las inquietudes de los ciudadanos que ven atropellados sus derechos por la violación de las normas comunitarias. Sus informes o decisiones no tienen carácter normativo, pero esa impotencia de fondo queda compensada con una gran exposición mediática que obliga a los Gobiernos a actuar ante el aguijoneo de ese Pepito Grillo comunitario.

España es líder en presentación de denuncias, precisamente por el eco que tienen en los medios de comunicación las audiencias de la comisión, que pasan desapercibidas en muchos otros países. Representantes de los distintos grupos ideológicos intervienen en las sesiones, en que se pasa revista a una larga retahíla de denuncias de todo tipo defendidas por los peticionarios, como fue ayer el caso de la representante de Verdemar.

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Parlamentarios españoles de distinto color político sostuvieron las alegaciones de la ecologista y el popular Luis de Grandes pidió que, como suele hacer la Comisión de Peticiones, se enviará una misión investigadora sobre el terreno para recabar información de primera mano. Él mismo dijo haber visitado la zona la pasada semana y habló de lo gráfico de la situación y de lo ilustrador que sería el viaje. En la idea le secundaron dos eurodiputadas españolas, una socialista y otra ecologista. Pero el presidente de la citada comisión, el polaco Marcin Libicki, cortó de raíz las pretensiones al recordarle que los jefes de los distintos grupos habían acordado que en lo que queda de legislatura, que concluye en junio, no habrá más viajes.

De Grandes se ofreció a realizar un informe sobre el caso. Habló también de vertidos por prácticas ilegales de repostaje en el marco de la revisión de la normativa sobre sanciones a los buques que contaminen de la que es ponente en la Comisión de Transportes de la Eurocámara.

En Verdemar se prefirió ayer resaltar la calidez de los europarlamentarios a la gélida actitud del Ejecutivo de la UE sobre sus peticiones. Así, desde el grupo conservacionista se resaltaba ayer voluntad de los citados europarlamentarios para "fiscalizar a Gibraltar y a las gasolineras flotantes en la bahía de Algeciras", informa Cándido Romaguera.

El bunkering es una actividad muy común en los puertos de todo el mundo. El procedimiento de menor riesgo medioambiental es que una gabarra llena de combustible supla a un buque. Por este procedimiento se trasvasan 13 millones de toneladas de fuel al año en Rotterdam, 37 en Singapur o 2,3 en Algeciras. El riesgo se dispara cuando lo que se tiene es un buque lleno de combustible flotando cerca de la costa, las gasolineras flotantes, que según el grupo ecologista pueden servir la mayoría de los cuatro millones de toneladas de fuel que se trasvasan en Gibraltar al año.

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