Camio asegura que las instituciones conocían al detalle toda su gestión

El ex alcalde de Getaria declara en el 'caso Balenciaga' asistido por su abogado

El testimonio del ex gerente de la sociedad Berroeta Aldamar y ex vicepresidente de la Fundación Balenciaga, Mariano Camio, contradijo en prácticamente todos sus extremos el conjunto de las comparecencias habidas hasta ahora sobre este caso. El ex alcalde peneuvista de Getaria se defendió de las acusaciones que pesan sobre su gestión y lo hizo asegurando que mantuvo puntualmente informado al consejo de administración de la sociedad Berroeta Aldamar sobre la marcha del proyecto y las obras del museo. Nadie del Gobierno le ha llamado nunca, afirmó, para pedirle que explique nada. No era necesari...

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El testimonio del ex gerente de la sociedad Berroeta Aldamar y ex vicepresidente de la Fundación Balenciaga, Mariano Camio, contradijo en prácticamente todos sus extremos el conjunto de las comparecencias habidas hasta ahora sobre este caso. El ex alcalde peneuvista de Getaria se defendió de las acusaciones que pesan sobre su gestión y lo hizo asegurando que mantuvo puntualmente informado al consejo de administración de la sociedad Berroeta Aldamar sobre la marcha del proyecto y las obras del museo. Nadie del Gobierno le ha llamado nunca, afirmó, para pedirle que explique nada. No era necesario, vino a decir, porque estaban al tanto de todos sus pasos. Incluso achacó a las instituciones la responsabilidad de no haber frenado el salto del presupuesto de 6 a 21 millones de euros.

Las instituciones no atendieron los avisos del Colegio de Arquitectos

Camio, que dijo estar deseando que termine lo que tachó de "infierno", dejó ver que considera un error propio haber dimitido voluntariamente de la gerencia de Berroeta Aldamar. No había motivo para ello, sostuvo. Respecto al sobrepago detectado por la auditoría externa al arquitecto Julián Argilagos, Camio lo negó y defendió que todos los pagos se hicieron según se acordó en el contrato.

El ex responsable del proyecto Balenciaga no aclaró siquiera quién realizó el inventario de los fondos comprados por el Gobierno, depositados en la Fundación. Otros comparecientes han afirmado que fue él mismo quien lo hizo Ayer Camio dijo que no recordaba quién fue el autor de esa tarea.

Lo más relevante de la comparecencia de Mariano Camio, fue quizá el hecho de que la realizara asistido por su abogado, un apoyo al que no ha recurrido hasta ahora ninguna de las otras ocho personas que han declarado ante la comisión de investigación parlamentaria.

El ex gerente de sociedad impulsora del museo quiso curarse en salud, tal y como se desprende de la explicación que dio su abogado, Alfonso Trayero, acerca de su presencia en la Cámara vasca. Ésta obedecía a la precaución de que el testimonio de ayer no interfiera en la investigación abierta sobre el caso por la Fiscalía de Guipúzcoa ni complique un eventual encausamiento judicial. "Estoy aquí para velar por los intereses del procedimiento que en su caso pudiera incoarse contra el señor Camino. En la medida en que pudiera existir, parece prudente y sensato que no se utilice la comparecencia de hoy para atacarle en ese hipotético procedimiento criminal", apuntó.

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Además de Camio, comparecieron los responsables del Colegio de Arquitectos de Guipuzcoa, Antón Pagola, hasta 2007, e Iñigo Lizundia en la actualidad. El testimonio del primero puso de manifiesto que tanto el Gobierno, como la Diputación de Guipúzcoa y el Ayuntamiento de Getaria desatendieron las advertencias del colegio en relación con las irregularidades, de las que fueron advertidas por él mismo.

Pagola envió en 2005 una carta a la consejera de Cultura, Miren Azkarate, expresando las reservas existentes sobre la titulación profesional de Argilagos. No obtuvo respuesta. Idéntico comportamiento observaron las otras dos instituciones integrantes de la sociedad pública implicada en este escándalo.

Mariano Camio (a la derecha) llega al Parlamento seguido de su abogado.PRADIP J. PHANSE

Arquitectos "interpuestos" y silencios

Las reservas que el presidente del Colegio de Arquitectos en Guipúzcoa expresó en su carta a las instituciones de Berroeta Aldamar en 2005 se centraban en dos aspectos: la carencia de titulación del arquitecto encargado del proyecto de construcción del Museo Balenciaga, el cubano Julián Argilagos, y el modo directo en que se le encargó un proyecto pagado con dinero público, para el que el colegio entendía que debía haber mediado un concurso.

La consejera de Cultura, Miren Azkarate, no respondió a la misiva, ni se interesó por la denuncia del colegio. Otro tanto ocurrió con las remitidas al alcalde de Getaria y a la diputada foral de Cultura. Pagola señaló ayer que el del Museo Balenciaga fue "desde el principio, un expediente conflictivo", además de por esas cuestiones de las que el colegio informó a las instituciones, por la intervención de "varios arquitectos interpuestos", hasta ocho según pudo saber este periódico.

El proyecto básico lo suscribió el arquitecto Mikel Alonso, mientras otros profesionales aparecen como responsables de los de ejecución, estructuras o seguridad. Es decir, para el Colegio de Arquitectos existían esos nombres, mientras era del dominio público que el autor real era Argilagos. Pagola explicó que este procedimiento está admitido en casos de arquitectos no colegiados de "reconocido prestigio y trayectoria", y puso como ejemplo el de Frank Gehry, para señalar que "ése no era el caso de Argilagos".

La actuación de los profesionales que prestaron su firma para visar los proyectos suscitó también alguna discusión e intervención del órgano profesional, donde se consideró que podían estar conculcando las normas deontológicas con una actuación que hacía valer el proyecto de una persona no titulada.

Pagola entregó a la comisión toda la documentación relacionada con el proyecto Balenciaga que ha pasado por el Colegio de Arquitectos, desde la modificación de las normas subsidiarias hasta las últimas fases del proyecto de ejecución. También proporcionó a los parlamentarios diversa correspondencia sobre la situación profesional de Argilagos y la remitida a Azkarate y las otras instituciones de Berroeta Aldamar.

Su sucesor en el cargo, Iñigo Lizundia, puso de manifiesto que la desviación del presupuesto de seis a 21 millones revela un mal proyecto y una mala gestión. Lizundia ofreció además una opinión profesional muy negativa sobre el edificio construido para el museo.

Un mes de retraso

La comparecencia de Mariano Camio se ha retrasado casi un mes sobre la previsión inicial de la comisión. Los grupos parlamentarios acordaron a finales de julio incluirle entre los primeros declarantes al considerar primordial su testimonio. A primeros de septiembre, cuando Camio ya había sido citado para el día 12, el PNV se descolgó del acuerdo inicial y pidió a la presidenta, Onintza Lasa, de EA, que retrasase su comparecencia hasta que la Fiscalía de San Sebastián concluyese la investigación que tiene abierta. Pese a la disconformidad de la oposición y sus propias reticencias, Lasa accedió a la petición. La fiscalía dijo públicamente que la declaración de Camio en la Cámara no perjudicaba su trabajo y el 29 de septiembre la comisión le citó para ayer.

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