La presión del sector del vino obliga a aplazar la tramitación de la Lei de Drogas

El PSdeG pospone su proyecto para restringir la venta y consumo de alcohol

La oposición de los viticultores a una nueva ley que restrinja la venta y publicidad del vino por ser una droga ha logrado congelar la norma redactada por la Consellería de Sanidade hasta después de las elecciones. Fuentes del PSdeG confirman que el anteproyecto de Lei de Drogodependencias e Trastornos Aditivos será uno de los que el bipartito se guardará en el cajón en esta legislatura, tras las protestas de las cinco denominaciones de origen gallegas, los tres sindicatos agrarios y varias asociaciones de bodegueros. Será sólo una parada técnica. Una vez pasada la cita electoral...

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La oposición de los viticultores a una nueva ley que restrinja la venta y publicidad del vino por ser una droga ha logrado congelar la norma redactada por la Consellería de Sanidade hasta después de las elecciones. Fuentes del PSdeG confirman que el anteproyecto de Lei de Drogodependencias e Trastornos Aditivos será uno de los que el bipartito se guardará en el cajón en esta legislatura, tras las protestas de las cinco denominaciones de origen gallegas, los tres sindicatos agrarios y varias asociaciones de bodegueros. Será sólo una parada técnica. Una vez pasada la cita electoral, y en caso de que se mantengan en el Gobierno, los socialistas retomarán los trabajos para establecer límites legales a la promoción del vino, similares a las de otras comunidades autónomas que también cuentan con una industria vitivinícola potente.

El Gobierno gallego ha decidido aparcar la tramitación de la norma a petición del PSdeG y del grupo parlamentario. Ayer, en una intervención pública, la conselleira de Sanidade, María José Rubio, ya dejó claro que su departamento no tiene prisa por enviar la nueva Lei de Drogas al Parlamento. "Priorizamos el consenso a los plazos", señaló la socialista, aunque añadió, en alusión a las críticas de los viticultores, que por encima del apoyo unánime a la reforma se buscará un texto que "también proteja al menor".

Los viticultores se han levantado en armas contra el bipartito cuatro años después de hacer lo propio con el Gobierno de Manuel Fraga, que intentó también en 2004 reformar la actual Lei de Drogas de 1996 para restringir más la publicidad de las bebidas alcohólicas, incluido el vino. El cambio de la normativa llegó incluso al Parlamento, pero fue frenada por el PP después de que la presidenta del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rías Baixas, Marisol Bueno, entonces también parlamentaria popular, pidiese ayuda directamente a Fraga.

Los productores de vino aseguran que si se aprueba el anteproyecto de ley de drogodependencias se firmará la condena de muerte al sector. "Si el vino es incluido finalmente en este texto legislativo nos condenan a desaparecer porque se establecen medidas para evitar el consumo y la promoción de nuestros productos", explica José Manuel Rodríguez, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribeira Sacra. Viticultores, bodegueros y sindicatos agrarios suscribieron el pasado viernes en Santiago un manifiesto para exigir a Sanidade que pare el anteproyecto y que redacte otra ley que se limite a establecer unas normas sanitarias para prevenir el consumo "indebido" de bebidas alcohólicas. El vicepresidente de la Xunta, el nacionalista Anxo Quintana, expresó la pasada semana su apoyo a las demandas del sector del vino. La Consellería de Medio Rural, también dirigida por el BNG, se ha manifestado en términos similares.

Del borrador de la nueva Lei de Drogas, los viticultores rechazan sobre todo que se endurezcan las restricciones impuestas a la publicidad y al consumo de los caldos. La propuesta del bipartito prohíbe la venta de cualquier tipo de bebida alcohólica a los menores de edad, mientras que actualmente se permite la comercialización de vino y cerveza a mayores de 15 años.

El anteproyecto incrementa las restricciones en el diseño de los anuncios. Sanidade pretende que las marcas de vino no puedan promocionarse relacionando su consumo, por ejemplo, con la salud o el éxito, ni utilizando la imagen o la voz de menores o elementos de la "cultura infantojuvenil". El anteproyecto censura cualquier anuncio de bebidas alcohólicas en radio y televisión entre las 7 y las 21 horas, siempre que los centros de emisión de estos medios estén en Galicia, aunque la ley vigente ya los prohíbe de las 8 a las 22 horas. Tampoco se podrán publicitar estos productos en medios de transporte, marquesinas o postes de parada.

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Las limitaciones son más estrictas para el alcohol destilado, frente al vino, la cerveza o la sidra, ya que se prohíbe "cualquier tipo de promoción de bebidas destiladas excepto en lugares específicamente destinados a su venta o lugares de promoción a los que no accedan menores".

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