Crítica:LIBROS

Eterna Cleopatra

Hay setenta y dos películas sobre Cleopatra (y un libro -D. Wenzel, 2005- sobre ellas. Y, desde luego, incontables novelas y biografías. De las más recientes se han traducido dos: la de Christoph Schäfer, Cleopatra (Herder, 2007), y ésta de Wolfgang Schuller. Ambas tienen precisos enfoques y ameno estilo. La primera es más amplia y con un análisis más a fondo del contexto histórico; Schuller se centra más en la personalidad singular de la fascinante reina de Egipto. Evoca muy bien su inteligencia y su ambición, y sus artes de seducción. De César tuvo un hijo, y él la llevó a Roma con ho...

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Hay setenta y dos películas sobre Cleopatra (y un libro -D. Wenzel, 2005- sobre ellas. Y, desde luego, incontables novelas y biografías. De las más recientes se han traducido dos: la de Christoph Schäfer, Cleopatra (Herder, 2007), y ésta de Wolfgang Schuller. Ambas tienen precisos enfoques y ameno estilo. La primera es más amplia y con un análisis más a fondo del contexto histórico; Schuller se centra más en la personalidad singular de la fascinante reina de Egipto. Evoca muy bien su inteligencia y su ambición, y sus artes de seducción. De César tuvo un hijo, y él la llevó a Roma con honores de reina, y luego con Marco Antonio compartió amores apasionados y fastuosos encuentros.

Cleopatra. Una reina en tres culturas

Wolfgang Schuller

Traducción de María Condor

Siruela. Madrid, 2008

261 páginas. 22 euros

El biógrafo Wolfgang Schuller sabe aprovechar los textos antiguos -de Plutarco, en su Vida de Antonio, y Shakespeare, buen lector de Plutarco-, y resaltar, frente a las calumnias de la propaganda romana, los encantos de la última de los Ptolomeos: y usa muy bien los últimos datos arqueológicos en su vivaz retrato. Cleopatra fue una política audaz y hábil, eliminó sin piedad a sus rivales y soñó en nuevos reinos para sus hijos. Pero César fue asesinado y Antonio derrotado por Octavio. Así consiguió un final trágico y un suicidio dignamente famoso. Desde entonces, y pese a la propaganda de Augusto contra ella, un halo mítico envuelve su figura desde hace dos mil años. Aquí se evoca toda su prestancia histórica.

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