Delincuentes que casi nunca llegan a pisar la cárcel
Entre 2003 y 2007, cerca de 1.000 pedófilos fueron detenidos. De ellos, sólo 30 acabaron en la cárcel. "Puedo decir sin temor a equivocarme que en menos del 10% de los casos los detenidos acaban en prisión", asegura Guillermo Cánovas, presidente de protegeles.com, una organización española financiada por la Comisión Europea para combatir la pornografía infantil y el abuso de menores. Después de tanto esfuerzo de persecución en operaciones como la de ayer, ¿por qué ocurre eso? "Uno de los problemas es la legislación penal, que no tiene el menor efecto disuasorio", asegura Cánovas.
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Entre 2003 y 2007, cerca de 1.000 pedófilos fueron detenidos. De ellos, sólo 30 acabaron en la cárcel. "Puedo decir sin temor a equivocarme que en menos del 10% de los casos los detenidos acaban en prisión", asegura Guillermo Cánovas, presidente de protegeles.com, una organización española financiada por la Comisión Europea para combatir la pornografía infantil y el abuso de menores. Después de tanto esfuerzo de persecución en operaciones como la de ayer, ¿por qué ocurre eso? "Uno de los problemas es la legislación penal, que no tiene el menor efecto disuasorio", asegura Cánovas.
Desde la reforma del Código Penal de 2003, las condenas por posesión de pornografía infantil van de uno a cuatro años de cárcel, si no hay reincidencia. Además, como se trata, a pesar de los tópicos, de personas integradas, fáciles de localizar y sin mucho riesgo de que huyan, muchas de ellas con familias y sin antecedentes, las penas son menores. "Se suelen quedar en dos años o menos, y la mayoría no llega a entrar en la cárcel", se queja Cánovas.
El presidente de la ONG señala con preocupación el espectacular aumento de las denuncias que reciben de particulares que encuentran pornografía en la Red: el año pasado eran una media de 1.500 al mes, y este año se ha pasado a 3.000, asegura. "En España no está tipificado el delito de apología de la pedofilia", dice Cánovas en referencia a foros de Internet en los que sus usuarios se reivindican como pedófilos, incomprendidos por la sociedad, eluden las imágenes pornográficas y se ofrecen consejos para esquivar los sistemas de vigilancia de Internet.
Presión social
El caso de la niña Mari Luz, asesinada el pasado mes de marzo, presuntamente por un hombre que debía estar en prisión, ha puesto a flor de piel la sensibilidad social y su repulsa hacia los delitos sexuales contra los menores, lo que incluye la pornografía, aunque en este caso la alarma sea menor. Y los políticos suelen reaccionar a la presión social.
De este modo, entre las medidas que se están negociando en estos momentos para reformar el Código Penal, se encuentran las de endurecer las penas tanto por pederastia como por pornografía infantil, y aún más cuando haya captación de menores.
Sin embargo, aún no se ha concretado en cuántos años de prisión se traducirá todo ese endurecimiento. El Gobierno se ha fijado el objetivo de culminar la reforma este otoño.