Montilla busca centrar en la gestión de la crisis el debate de política general

José Montilla viene advirtiendo desde hace semanas a sus colaboradores de que el gran problema que se cierne sobre Cataluña a corto y medio plazo no es el déficit fiscal ni la financiación autonómica. La crisis económica y el desplome de la recaudación de la Generalitat es lo que mantiene en vilo a un Ejecutivo cuyos consejeros saben ya a ciencia cierta que no podrán cumplir el programa de Gobierno. No hay dinero para todo. Sobre ello intentará hacer hincapié el presidente de la Generalitat en el debate de política general que se abre mañana martes en el Parlament y que marcará el comienzo del...

José Montilla viene advirtiendo desde hace semanas a sus colaboradores de que el gran problema que se cierne sobre Cataluña a corto y medio plazo no es el déficit fiscal ni la financiación autonómica. La crisis económica y el desplome de la recaudación de la Generalitat es lo que mantiene en vilo a un Ejecutivo cuyos consejeros saben ya a ciencia cierta que no podrán cumplir el programa de Gobierno. No hay dinero para todo. Sobre ello intentará hacer hincapié el presidente de la Generalitat en el debate de política general que se abre mañana martes en el Parlament y que marcará el comienzo del curso parlamentario.

Puigcercós hará su primera intervención de calado como presidente de ERC

Montilla no abandonará un discurso optimista sobre las posibilidades de Cataluña para salvar los muebles en un contexto de crisis global, pero tampoco ocultará lo que empresarios, sindicatos y ciudadanos vienen notando desde hace meses. La crisis es una realidad y la recesión, más que probable. Los partidos que apoyan al Gobierno catalán se han conjurado para intentar lanzar un mensaje de optimismo y responsabilidad sobre la situación económica, explican fuentes del tripartito. El entorno de Montilla cree que éste saldrá reforzado si logra que la economía centre el debate. Y es que el presidente de la Generalitat fue uno de los primeros políticos socialistas que ya la pasada primavera admitieron sin ambages que se avecinaba una crisis importante.

Pero no lo tendrá fácil. Las negociaciones para la financiación autonómica no quedarán al margen del debate. A los socialistas e Iniciativa les gustaría que las referencias a la financiación quedaran relegadas a un segundo plano y a la resolución conjunta que el tripartito está negociando con CiU. Pero ni Convergència i Unió ni Esquerra Republicana parecen dispuestas a ello. Ambos partidos quieren hacer notar que se ha incumplido el Estatuto al no haber ya un acuerdo e intentarán que sus respectivas militancias se lleven la imagen de que son los únicos que presionan al alza para lograr un sistema favorable a Cataluña. El PSC e Iniciativa temen que la eterna carrera de CiU y ERC lastre el acuerdo unitario que se ha estado fraguando en los últimos días. También ha advertido de este peligro el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran, quien en su carta semanal a la militancia de Unió, ha pedido que el debate se centre en la crisis económica. "Hay que hablar de financiación, pero sobre todo hay que hablar de la posición del Gobierno ante la crisis", dijo Duran. El secretario general de ERC, Joan Ridao, también ha pedido a CiU que ahora no levante el listón de la financiación tras recortar el Estatuto mediante sus acuerdos con Rodríguez Zapatero.

El debate lo abrirá mañana por la tarde el presidente de la Generalitat. El debate se retomará la mañana del miércoles con la intervención de todos los portavoces parlamentarios. Artur Mas tendrá que modular su discurso de oposición para evitar dar la sensación que se resquebraja cualquier pacto catalán sobre financiación.

En las filas de ERC se espera con expectación el discurso de Joan Puigcercós, el primero de calado político que hace en el Parlament ya como presidente de ERC. También en el PP se espera ver qué papel hace el jefe de filas, Daniel Sirera, una vez descabalgado de la presidencia regional del PP. Jaume Bosch, de Iniciativa-Esquerra Unida también tendrá que hacer equilibrios al encontrarse los ecosocialistas en puertas de un congreso marcado por las críticas de los sectores descontentos por la falta de perfil propio de ICV en el Gobierno.