Reportaje:

La moda emergente no encuentra percha

La comercialización del producto se convierte en "el caballo de batalla" de plataformas como el Proyecto Bressol

No son buenos tiempos para conseguir que los diseñadores emergentes cuelguen algunos de sus vestidos y trajes en las perchas de las tiendas, ni siquiera a golpe de subvención. Apenas un año después de empezar su andadura, el Proyecto Bressol -una plataforma de apoyo a jóvenes creadores del mundo de la moda- ya necesita someterse a un proceso de "autocrítica". Así lo reconoció el gerente de la iniciativa, Joan Puig, en un encuentro con la prensa para hacer balance. "Con la actual crisis, es un momento difícil para promocionar nuevos talentos, aunque la comercialización es el caballo de batalla"...

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No son buenos tiempos para conseguir que los diseñadores emergentes cuelguen algunos de sus vestidos y trajes en las perchas de las tiendas, ni siquiera a golpe de subvención. Apenas un año después de empezar su andadura, el Proyecto Bressol -una plataforma de apoyo a jóvenes creadores del mundo de la moda- ya necesita someterse a un proceso de "autocrítica". Así lo reconoció el gerente de la iniciativa, Joan Puig, en un encuentro con la prensa para hacer balance. "Con la actual crisis, es un momento difícil para promocionar nuevos talentos, aunque la comercialización es el caballo de batalla", añadió antes de negar que se barajen opciones como bajar los precios u ofrecer promociones.

El centro de nuevos diseñadores en la fábrica La Siberia se retrasa hasta 2010

Los 10 diseñadores que forman la primera promoción del proyecto -a los que hay que sumar otros cinco que se están formando en el extranjero- mostraban hasta ahora sus creaciones en un showroom (un escaparate para tiendas) instalado en la Casa Capell de Barcelona. Allí han logrado cerca de 80 contactos profesionales, entre clientes y proveedores, en su mayoría de ámbito nacional. Sin embargo, el número de pedidos cerrados es poco significativo y se sitúa en torno a los ocho, aunque queda algo de tiempo porque la actual campaña no se cierra hasta el 15 de octubre. Y eso pese a la buena acogida que han tenido sus propuestas en pasarelas como la 080 y Bread & Butter. El problema se presenta a la hora de pasar por caja y está también en la dificultad de encontrar un hueco entre tantas marcas consolidadas.

Para atraer a nuevos clientes, el showroom del Proyecto Bressol se trasladará por unos días a un local del distrito 22@, cerca de la que será su sede definitiva, la antigua fábrica de hielo La Siberia, en la calle de Àvila. El secretario de Comercio y Turismo de la Generalitat, Emili Valdero, explicó que los trámites municipales están prácticamente ultimados y que las obras saldrán a concurso el año que viene. Si se cumple el calendario, este centro de creación y de asesoramiento empresarial entrará en funcionamiento en 2010, un año después de lo anunciado con anterioridad. Valdero explicó que se respetará la fachada del edificio, de interés patrimonial, y que el coste de la obra puede superar los tres millones de euros que se preveían inicialmente. Para entonces, el Proyecto Bressol, que en esta primera edición tiene un presupuesto de medio millón de euros, estará integrado por una promoción de 30 diseñadores.

El Departamento de Innovación, Universidades y Empresas de la Generalitat también está cerrando una serie de iniciativas para que Barcelona se sume a las grandes capitales de la moda como una plaza permanente más allá de eventos esporádicos. No obstante, Valdero dejó claro que no se tratará de nada espectacular, sino de aprovechar recursos ya existentes. Por ejemplo, consideró que se podría organizar una ruta turística de comercios para captar al gran número de cruceristas que recalan en la ciudad. En cualquier caso, una de las claves para el éxito -tal como señaló Puig- es conseguir que el envite de los emergentes se concrete en proyectos empresariales. Y ahí está el escollo por superar.

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