Almunia critica las injerencias de Sarkozy contra el BCE

Joaquín Almunia, comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, cree que el intervencionismo predicado por el presidente Nicolas Sarkozy sobre los mecanismos de gobierno económico de la UE, en particular el Banco Central Europeo (BCE) y el Eurogrupo "no apuntan en la buena dirección", por no abordar los problemas reales de la difícil situación económica actual. "El Eurogrupo no debe ser transformado en un polo negativo frente al Banco Central Europeo, porque se dañaría a la Unión Económica y Monetaria", aseguró ayer el comisario.

Sarkozy lleva tiempo rumiando planes de reforma en la UE, ...

Joaquín Almunia, comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, cree que el intervencionismo predicado por el presidente Nicolas Sarkozy sobre los mecanismos de gobierno económico de la UE, en particular el Banco Central Europeo (BCE) y el Eurogrupo "no apuntan en la buena dirección", por no abordar los problemas reales de la difícil situación económica actual. "El Eurogrupo no debe ser transformado en un polo negativo frente al Banco Central Europeo, porque se dañaría a la Unión Económica y Monetaria", aseguró ayer el comisario.

Sarkozy lleva tiempo rumiando planes de reforma en la UE, que ha expuesto en diversas oportunidades y también durante su comparecencia del pasado día 10 en el Parlamento Europeo. "Europa adolece de falta de debate", dijo entonces. "Nuestras instituciones son independientes. Pero independencia no significa indiferencia".

Al presidente francés le subleva, en particular, la frialdad con la que el BCE impone tipos de interés que no tienen en cuenta las necesidades de la economía productiva. De ahí sus ideas de forzar a que se hagan públicas las minutas de las reuniones del consejo del BCE y que para el Eurogrupo, que agrupa a los ministros de Hacienda de los 15 países de la moneda única, se cree un secretariado de coordinación de la política económica.

Ambas ideas le parecen a Almunia fuera de lugar, peligrosas o innecesarias. Revelar el detalle de las discusiones en el BCE induciría a los gobernadores a actuar movidos por intereses nacionales. "Hay que evitar sesgos nacionales en una política comunitaria que está pensada para toda la eurozona", concluyó el comisario.