Tribuna:

Acciones para el Mediterráneo

El sector del transporte constituyó desde el principio del Proceso de Barcelona una de las prioridades de la asociación euromediterránea. Ahora que la Unión Europea ha decidido dar un nuevo impulso a la asociación euromediterránea, estoy convencido de que, basándose en los trabajos ya en marcha, el sector del transporte puede ser un terreno fértil para la consolidación y el lanzamiento de proyectos muy concretos. A la mente vienen cuatro grandes conceptos.

- La necesidad de reforzar la seguridad marítima en el Mediterráneo.

Cerca del 20% de los petroleros y el 30% de los buques ...

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El sector del transporte constituyó desde el principio del Proceso de Barcelona una de las prioridades de la asociación euromediterránea. Ahora que la Unión Europea ha decidido dar un nuevo impulso a la asociación euromediterránea, estoy convencido de que, basándose en los trabajos ya en marcha, el sector del transporte puede ser un terreno fértil para la consolidación y el lanzamiento de proyectos muy concretos. A la mente vienen cuatro grandes conceptos.

- La necesidad de reforzar la seguridad marítima en el Mediterráneo.

Cerca del 20% de los petroleros y el 30% de los buques comerciales de todo el mundo navegan en el Mediterráneo. Dada la importancia de este tráfico y la especial fragilidad de este mar casi cerrado, resulta primordial aumentar una seguridad marítima cuyo nivel varía mucho de un Estado a otro.

La relación de la UE con sus vecinos mediterráneos es clave para la estabilidad mundial

Para ello, conviene aplicar plenamente las exigencias de seguridad y protección marítimas que fijan los reglamentos de la Organización Marítima Internacional y de la Organización Internacional del Trabajo. En este sentido, podría crearse un programa de formación y asistencia técnica bajo los auspicios de la Agencia Europea de Seguridad Marítima (AESM).

Asimismo, la Unión Europea debe dotarse de buques capaces de intervenir eficazmente contra las mareas negras, retirando el petróleo del mar antes de que alcance el litoral. En el marco de su plan de acción contra la contaminación por hidrocarburos, la AESM recibió la misión de crear una red de "buques de bombeo". Sin embargo, la Unión, en caso de catástrofe marítima en el Mediterráneo, se encontraría con la paradoja de no poder bombear el petróleo esparcido en aguas de terceros países, incluso si éste derivara hacia costas europeas. ¿Por qué no ampliar el campo de acción de la AESM al conjunto de países del perímetro mediterráneo? Esta medida traduciría en términos concretos la solidaridad de la Unión Europea y sería posible elaborar una propuesta en este sentido de aquí al año 2009.

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- La crucial importancia del desarrollo de las autopistas del mar en la cuenca mediterránea.

Los pasos de los macizos montañosos, muy numerosos en el sur mediterráneo (Alpes, Pirineos, Balcanes), son especialmente delicados. Las autopistas del mar permitirían aliviar los grandes ejes de autopistas y luchar contra la contaminación producida por los flujos de camiones, embarcando camiones completos o sus remolques a bordo de buques.

Estos proyectos necesitan un sólido respaldo político para movilizar a todos los agentes de la cadena de transporte y superar la complejidad de las cuestiones relacionadas con el transbordo, así como para garantizar la calidad y la frecuencia del servicio en que se basa el interés del concepto.

Para permitir el lanzamiento efectivo de las conexiones de aquí a finales de 2009, conviene definir y seleccionar cuanto antes las conexiones más pertinentes entre los distintos puertos del perímetro mediterráneo, pero también del Atlántico y del mar Negro. Entretanto, para facilitar la elaboración de los planes de financiación, deseo proponer el aumento de los límites máximos de las ayudas nacionales, alineándolos con los del programa europeo de interoperatividad Marco Polo.

- Un tercer campo de acción: la realización de un espacio aéreo común euromediterráneo.

El tráfico aéreo entre los países del perímetro mediterráneo y la Unión Europea alcanzó los 35 millones de pasajeros en 2006, con un porcentaje de crecimiento medio del 2,8%.

Hay razones para desarrollar estos intercambios, como demuestra el ejemplar acuerdo aéreo establecido entre la Unión Europea y Marruecos, que ya ha permitido a este país aumentar sus vuelos regulares hacia Europa más del 30% en 2007 y ofrece a las familias de ambas orillas del Mediterráneo ofertas más numerosas a mejor precio.

La Unión Europea debe fijarse como objetivo la realización de un espacio aéreo común en el Mediterráneo, presentando en 2009 un proyecto de mandato. Este espacio debería basarse en la celebración de acuerdos aéreos euromediterráneos que permitan la convergencia reglamentaria, la apertura comercial del mercado y también mayor grado de seguridad, protección y respeto del medio ambiente.

- La extensión de la movilidad urbana sostenible a las ciudades de la orilla meridional del Mediterráneo.

El África septentrional y Oriente Próximo registran una tasa de urbanización que, tras superar el 70% en el año 2015, constituirá una de las mayores del mundo.

Por tanto, la cuestión de la urbanización se encuentra en el núcleo de los grandes retos de la región, tanto en lo relativo al acceso a la vivienda, la educación, el medio ambiente, los sistemas de alcantarillado, el acceso al agua y, por supuesto, la lucha contra la congestión y la contaminación vinculadas al transporte privado.

La existencia de planes de transporte urbano sostenible, tanto de pasajeros como de mercancías, ofrecería una base sólida a la planificación eficaz de la movilidad urbana en las grandes ciudades del perímetro mediterráneo.

Asimismo, también podría lanzarse un proyecto piloto euromediterráneo basado en el modelo del programa Civitas, que agrupa 36 ciudades europeas en torno a la instauración de sistemas innovadores para disponer de un transporte urbano propio y de bajo consumo energético. Esta iniciativa podría servir de laboratorio para preparar, con vistas a las próximas perspectivas financieras, un programa urbano y regional de convergencia euromediterránea que aproveche nuestra experiencia en la ayuda a las zonas europeas en dificultad.

En muchos aspectos, la relación de la Unión Europea con sus vecinos mediterráneos constituye un elemento clave para la estabilidad mundial. Pero la cooperación regional entre los países del sur del Mediterráneo es marcadamente insuficiente y la asociación euromediterránea necesita recibir un nuevo impulso.

Creo con todas mis fuerzas en la Europa de los proyectos concretos. Desde la Comunidad Europea del Carbón y el Acero hasta la política de solidaridad regional, la historia ha demostrado que es fuente de progreso, estabilidad y fructíferos intercambios entre los Estados.

Con este ánimo, fiel a la visión de Jean Monnet, he presentado un proyecto de mandato para una comunidad de los transportes entre la Unión Europea y los países de los Balcanes occidentales. Es con este ánimo que la Comisión Europea podría estudiar la viabilidad de un proyecto similar ampliado a todo el Mediterráneo. Es con este ánimo que deben lanzarse las obras concretas que acabo de enumerar.

Jacques Barrot es vicepresidente de la Comisión Europea y Comisario de Transporte de la UE.

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