Montilla sostiene que el agua del Ebro por la AP-7 no llegará a tiempo

La propuesta de Zapatero a CiU sobre el Ródano irrita al tripartito

La última propuesta del Gobierno central para llevar agua a Barcelona, construir una tubería en la mediana de la AP-7 en Tarragona, ha generado todo tipo de recelos en el Ejecutivo catalán, que lo considera irrealizable antes de octubre, mes en que podrían llegar las temidas restricciones de agua. Fue el propio presidente de la Generalitat, José Montilla, quien ayer habló del proyecto avanzado por EL PAÍS. Y prácticamente lo descartó en una muestra más de que las relaciones Generalitat-Gobierno central se encuentran bajo mínimos.

Montilla, de viaje oficial a Marruecos, recordó que más a...

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La última propuesta del Gobierno central para llevar agua a Barcelona, construir una tubería en la mediana de la AP-7 en Tarragona, ha generado todo tipo de recelos en el Ejecutivo catalán, que lo considera irrealizable antes de octubre, mes en que podrían llegar las temidas restricciones de agua. Fue el propio presidente de la Generalitat, José Montilla, quien ayer habló del proyecto avanzado por EL PAÍS. Y prácticamente lo descartó en una muestra más de que las relaciones Generalitat-Gobierno central se encuentran bajo mínimos.

Montilla, de viaje oficial a Marruecos, recordó que más allá del periodo de ejecución de la obra civil, el gran escollo es encontrar "tantos metros de tubería, que aún se tienen que fabricar". Recordó también que las bombas de impulsión necesarias para transportar el agua cuesta arriba "no se venden en el Carrefour". Todos los partidos aragoneses, incluido el PSOE, rechazaron ayer la propuesta del Gobierno central por considerar que se trata de un trasvase encubierto desde el Ebro.

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Por si quedaba alguna duda de que Montilla y Zapatero no comparten casi ninguna tesis para afrontar la sequía en Cataluña, el presidente de la Generalitat cargó también contra el compromiso adoptado por el presidente del Gobierno ante el democristiano Josep Antoni Duran Lleida para estudiar el trasvase del Ródano. "No es una propuesta ni una solución para octubre", recordó, sino que tardaría como mínimo diez años. "Es una broma de mal gusto", sentenció el presidente de la Generalitat.

Para el Gobierno catalán, la propuesta de llevar agua del Segre a Barcelona sigue siendo la opción número uno, aunque "coger agua de la cabecera de un río no es la mejor solución", reconoció Montilla. Pero insistió en que "no aceptará que "se cierre la puerta al Segre si no hay alternativas reales que den soluciones a los 5,5 millones de ciudadanos afectados por la sequía".

Las palabras de Montilla ocultaban cierta irritación de su partido y de su Gobierno por las concesiones que José Luis Rodríguez Zapatero hizo a Convergència i Unió durante el debate de investidura. La promesa de estudiar el trasvase del Ródano a Barcelona, que CiU defiende y que el tripartito rechaza, o el hecho de que Zapatero se comprometiera ante Josep Antoni Duran Lleida a publicar las balanzas fiscales pesaron ayer en todas las declaraciones públicas que hicieron los socios del Gobierno de José Montilla.

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El portavoz adjunto del PSC en el Parlament, Joan Ferran, también recordó que el trasvase del Ródano no soluciona la situación de "emergencia" actual, por lo que es "absurdo discutir una cosa que no es inmediata", opinó. El malestar del PSC se explica porque el presidente de la Generalitat rechazó precisamente el pasado lunes y ante el líder de CiU, Artur Mas, la propuesta del Ródano para paliar la sequía.

La contradicción entre Zapatero y Montilla dio aire a los nacionalistas catalanes para atacar a Montilla acusándolo de no tener "altura de miras" al no contemplar el Ródano como opción de futuro.

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