Maratón de cultura al aire libre para un domingo lluvioso

La capital potencia su oferta callejera y gratuita

No acompañaba el tiempo. O sí. El cielo plomizo de Madrid fue durante la mañana de ayer auditorio. Galería de arte por la tarde. Miles de madrileños y visitantes disfrutaron durante la jornada de un peculiar espectáculo de ópera y de una sorprendente exposición de arte sin salir de la calle y de forma gratuita.

El Día Internacional de la Ópera sirvió de excusa a la compañía Comediants para sacar en procesión la figura de Wolfgang Amadeus Mozart. Fue en la plaza de Oriente. En una mañana fría, en la que, como si de un mosaico se tratase, el grupo catalán fue distribuyendo la vida y la ob...

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No acompañaba el tiempo. O sí. El cielo plomizo de Madrid fue durante la mañana de ayer auditorio. Galería de arte por la tarde. Miles de madrileños y visitantes disfrutaron durante la jornada de un peculiar espectáculo de ópera y de una sorprendente exposición de arte sin salir de la calle y de forma gratuita.

El Día Internacional de la Ópera sirvió de excusa a la compañía Comediants para sacar en procesión la figura de Wolfgang Amadeus Mozart. Fue en la plaza de Oriente. En una mañana fría, en la que, como si de un mosaico se tratase, el grupo catalán fue distribuyendo la vida y la obra del genio austriaco en cinco diferentes escenarios. Allí, una treintena de actores representaron "a lo Comediant", y buscando siempre la participación activa de los miles de asistentes, las diferentes etapas de la vida de Mozart: su niñez, cuando, acompañado de su padre, mostró su talento en las cortes más importantes de Europa, su madurez en Viena, su particular y obsesivo proceso creativo... Todo ello acompañado con fragmentos de algunas de sus composiciones más importantes, como las óperas Don Giovanni o La flauta mágica, sus sinfonías o el Réquiem en Re Menor.Fueron casi dos horas de Mozart, convocado en representación de los grandes creadores operísticos, como Verdi, Puccini, Beethoven o Rossini, que culminaron con un simbólico lanzamiento de globos al cielo en los que los asistentes pudieron adjuntar sus deseos más personales.

No muy lejos de allí, las calles de Madrid guardaban otra sorpresa. A las puertas del Museo del Prado nacía una imponente ruta de estatuas de bronce al más puro estilo clásico. Se trata de la exposición de las obras de Igor Mitoraj, promovida por la Obra Social de La Caixa y que permanecerá en Madrid hasta el próximo 13 de abril. Una veintena de esculturas que recuperan algunos de los símbolos de la mitología clásica como Osiris, Tíndaro, Ícaro o Eros y que sorprenden por su tamaño y su estilo, que recuerda a algunas de las más célebres obras de la antigüedad griega o romana.

Pensadas para la interactuación, las estatuas eran en la tarde de ayer admiradas, e incluso "utilizadas", por decenas de paseantes. Y es que algunas de estas esculturas, como las dos cabezas que se postran a los pies de la cuesta de Claudio Coello están creadas para que el visitante pueda meterse dentro de ellas.

La oferta cultural madrileña no se agotó en la calle. Mientras la Fundación CajaMadrid abría sus puertas para admirar la obra de Amadeo Modigliani comparada con la de otros pintores de su época, el edificio CaixaForum ofrecía conciertos de música africana, sefardí y centroeuropea, al tiempo que daba rienda suelta a la colección de arte contemporáneo que viven en su interior. Y gratis.

Madrileños y turistas pasean entre las esculturas de Igor Mitoraj en Atocha.GORKA LEJARCEGI
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