Reportaje:

Un mapa del ruido para el Cantábrico

Un equipo de científicos estudiará durante los próximos días 20 puntos de la costa de Euskadi con el objetivo de elaborar un mapa sobre la contaminación acústica submarina del mar Cantábrico y analizar cómo ésta afecta a la vida de los cetáceos. El estudio, que es financiado por la Obra Social de La Caixa, se llevará a cabo en colaboración con el Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas de la Universidad Politécnica de Cataluña, que ya ha rastreado el Mediterráneo.

El velero científico Íbero se encuentra amarrado en el puerto de Pasajes y, salvo que lo impida el mal tiempo, se ha...

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Un equipo de científicos estudiará durante los próximos días 20 puntos de la costa de Euskadi con el objetivo de elaborar un mapa sobre la contaminación acústica submarina del mar Cantábrico y analizar cómo ésta afecta a la vida de los cetáceos. El estudio, que es financiado por la Obra Social de La Caixa, se llevará a cabo en colaboración con el Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas de la Universidad Politécnica de Cataluña, que ya ha rastreado el Mediterráneo.

El velero científico Íbero se encuentra amarrado en el puerto de Pasajes y, salvo que lo impida el mal tiempo, se hará a la mar este fin de semana para realizar mediciones acústicas en el litoral guipuzcoano. Se adentrará incluso hasta la localidad francesa de Capbreton. En una siguiente fase atracará en Getxo y repetirá la operación en aguas de Vizcaya, para continuar más tarde por el resto del Cantábrico.

El Golfo de Vizcaya es un hábitat natural para los cetáceos, cuya concentración se ve favorecida por la existencia de numerosos cañones submarinos. En esta zona están registradas más de una veintena de especies. Una de las más características, pero menos estudiadas, es el zifio, también llamado ballena picuda, aunque pertenece a la familia de los delfines.

El estudio concretará cómo perjudica el ruido de los barcos y demás fuentes sonoras a cada uno de estos cetáceos. Un ruido que interfiere las frecuencias que utilizan para guiarse, comunicarse con otros individuos de su especie o buscar alimento.

El programa científico se completa con un aula móvil, que recalará en cada puerto base (en Pasajes estará hasta el 5 de febrero) y en la que se explican los peligros que sufre la biodiversidad marina.

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