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Tratamiento individual

Hace unas semanas definíamos la actual situación de los mercados como una crisis de confianza provocada por la falta de verdadero conocimiento sobre los modelos de negocio de las entidades. Desde el mes de agosto hemos asistido a una serie de actuaciones, la mayoría coordinadas, de los bancos centrales de las principales economías. De los cuatro tipos posibles hemos visto dos. El principal, tanto en cuantía como en número, las inyecciones de fondos con el objetivo de asegurar la liquidez. Esta iniciativa, por su duración, parece que no acaba de incentivar una solución de mercado.

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Hace unas semanas definíamos la actual situación de los mercados como una crisis de confianza provocada por la falta de verdadero conocimiento sobre los modelos de negocio de las entidades. Desde el mes de agosto hemos asistido a una serie de actuaciones, la mayoría coordinadas, de los bancos centrales de las principales economías. De los cuatro tipos posibles hemos visto dos. El principal, tanto en cuantía como en número, las inyecciones de fondos con el objetivo de asegurar la liquidez. Esta iniciativa, por su duración, parece que no acaba de incentivar una solución de mercado.

La segunda, la política monetaria, utilizada de manera directa por la Reserva Federal, aunque con consecuencias indirectas sobre la política monetaria de la eurozona. Al bajar el nivel de los tipos de interés, menos incidencias de morosidad y, en consecuencia, menores pérdidas futuras para las entidades más expuestas a las hipotecas subprime estadounidenses. Si bien acogida inicialmente de forma favorable, al no tener la continuidad e intensidad deseada ha dejado de ser efectiva.

Cuando el mercado demanda tratamientos individuales, las soluciones no discriminantes son poco efectivas

No obstante, ni las elevadas tasas de inflación acompañan, ni la política monetaria debe ser el instrumento para resolver problemas de confianza. Las dos últimas medidas posibles no se han materializado todavía. La menos deseada, la intervención para resolver problemas de solvencia. Aunque los bancos de inversión mundiales que han declarado pérdidas lo han hecho en elevadas cuantías, no da la impresión de que vaya a quebrar entidad alguna.

Por último, la iniciativa más necesaria, todavía no se hace notar, el restablecimiento de la confianza en el sistema bancario internacional.

Dado que el papel de las agencias de calificación se ha resentido en esta crisis, los supervisores deberían plantearse seriamente cómo garantizar el alcance y fiabilidad de la información individual que se pone a disposición del mercado. Cuando el mercado demanda tratamientos individuales, soluciones no discriminantes son poco efectivas.

Esteban Sánchez y Sergio Esteban son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.

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