Asesores de Bush, implicados en la destrucción de vídeos de la CIA

El ex fiscal general Alberto Gonzales supo de las cintas

El escándalo de la destrucción de vídeos de la CIA en los que se recogían interrogatorios a dos miembros de Al Qaeda salpica a la Casa Blanca. Al menos así lo informaba ayer el diario The New York Times al asegurar, basándose en fuentes del espionaje y ex miembros de la Administración, que al menos cuatro altos consejeros legales del presidente George Bush conocieron y tomaron parte en las conversaciones sobre si destruir o no las polémicas cintas, en las que se practicaban a los detenidos actos de malos tratos considerados tortura.

Según el relato ofrecido por el diario, las dis...

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El escándalo de la destrucción de vídeos de la CIA en los que se recogían interrogatorios a dos miembros de Al Qaeda salpica a la Casa Blanca. Al menos así lo informaba ayer el diario The New York Times al asegurar, basándose en fuentes del espionaje y ex miembros de la Administración, que al menos cuatro altos consejeros legales del presidente George Bush conocieron y tomaron parte en las conversaciones sobre si destruir o no las polémicas cintas, en las que se practicaban a los detenidos actos de malos tratos considerados tortura.

Según el relato ofrecido por el diario, las discusiones que precedieron a la desaparición de los vídeos en noviembre de 2005 involucraron a más personas de las que fuentes de la Casa Blanca han aceptado reconocer hasta ahora.

De esta manera, no sólo la consejera jurídica Harriet Miers habría sabido de la prevista destrucción, sino también Alberto Gonzales, su antecesor en el cargo y quien luego sirvió en la Casa Blanca como fiscal general hasta su dimisión el pasado agosto. David Addington, quien fue consejero del vicepresidente Dick Cheney y hoy es su jefe de Gabinete, y John Bellinger III, que estuvo hasta enero de 2005 en el Consejo Nacional de Seguridad como abogado en jefe, también habrían tenido conocimiento de informes previos sobre la tesis de la destrucción.

Siempre según la información de The New York Times, un ex alto cargo de la inteligencia aseguró que hubo "fuertes opiniones" entre los altos cargos de la Casa Blanca a la hora de considerar la destrucción de las cintas. Sin embargo, esta fuente no especifica qué posiciones defendió cada uno de ellos. Aunque sí indica que algunos de los presentes consideraron que si las cintas veían la luz en aquel momento (2005) podrían hacer mucho daño a la Administración republicana tras el escándalo de las torturas en la prisión iraquí de Abu Ghraib. Otras fuentes citadas por el diario neoyorquino aseguran que nadie de la Casa Blanca recomendó destruir las cintas, aunque esas mismas personas admiten que, sin embargo, ningún asesor dio una orden directa de que se hiciera lo contrario o aconsejaran que su destrucción podría ser ilegal.

La Casa Blanca envió ayer un enérgico comunicado al Times en el que se insta al periódico a corregir la información. "La conclusión de The New York Times de que hay un esfuerzo para confundir en este asunto es perniciosa y penosa, y pedimos formalmente que el diario corrija la historia", señala el comunicado. Desde la Casa Blanca se informaba ayer de la decisión de no hacer comentarios sobre el asunto mientras el Departamento de Justicia y la CIA realizan una investigación preliminar sobre lo ocurrido.

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