Polonia promete una relación de lealtad con la Unión Europea

El nuevo primer ministro polaco, el liberal Donald Tusk, visitó ayer, por primera vez tras su triunfo, las instituciones comunitarias y la sede de la Alianza Atlántica, para confirmar el retorno de Polonia al corazón de Europa como aliado responsable y fiable de Bruselas y para recibir en el cuartel general aliado el halagador comentario de que la OTAN nunca ha dudado de Varsovia y que sabe que siempre podrá contar con Polonia y sus soldados.

"Quiero que Polonia vuelva a jugar un papel responsable en las acciones creativas y positivas de la UE", declaró Tusk tras reunirse con José Manue...

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El nuevo primer ministro polaco, el liberal Donald Tusk, visitó ayer, por primera vez tras su triunfo, las instituciones comunitarias y la sede de la Alianza Atlántica, para confirmar el retorno de Polonia al corazón de Europa como aliado responsable y fiable de Bruselas y para recibir en el cuartel general aliado el halagador comentario de que la OTAN nunca ha dudado de Varsovia y que sabe que siempre podrá contar con Polonia y sus soldados.

"Quiero que Polonia vuelva a jugar un papel responsable en las acciones creativas y positivas de la UE", declaró Tusk tras reunirse con José Manuel Durão Barroso, presidente de la Comisión Europea. Responsabilidad y juego limpio, frente a las constantes trabas, malos gestos e imprevisibilidad de su predecesor, Jaroslaw Kaczynski, no deben ser interpretados como que Polonia será ahora un socio cómodo. "Defenderé los intereses de Polonia siempre que sea necesario, pero en un clima de confianza", precisó el mandatario.

Barroso agradeció el nuevo enfoque de la relación europolaca que aporta Tusk. "Hemos discutido sobre el futuro de Polonia en una atmósfera de confianza", aseguró el presidente de la Comisión. "Polonia es un socio muy importante y su voz es también importante en la Unión".

Tratado de la UE

En público hablaron de la voluntad de resolver el problema que, para un país cuya industria depende en más de un 90% del carbón, representan las exigencias de Bruselas de limitación de las emisiones de anhídrido carbónico. También de la autoexclusión polaca de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión.

Barroso se mostró comprensivo con la peculiaridad polaca, quizá porque Tusk le manifestó que su Gobierno podría asumir la Carta una vez haya sido ratificado el Tratado Reformado de la UE. Para conseguir esa ratificación, el primer ministro necesita al partido de Kaczynski, que le negaría el apoyo si revela que tras el Tratado entrará en Polonia la Carta.

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Tusk, como buen polaco, sigue desconfiando de Rusia, aunque la cuestión del veto polaco a un acuerdo entre la UE y Rusia en materia de energía podría quedar resuelto si, como se ha insinuado desde Moscú, Rusia levanta su prohibición a las exportaciones de carne polaca a Rusia.

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