El PNV fracasa en su intento de impedir la ruptura fiscal en Euskadi

EA y el PSE votan juntos el 30% para el Impuesto de Sociedades guipuzcoano

La ruptura fiscal está a punto de ser un hecho en Euskadi. Guipúzcoa puede abrir el próximo 5 de diciembre una crisis institucional de consecuencias tan graves como inciertas al aprobar un tipo general del Impuesto de Sociedades del 30%, dos puntos superior al que fijaron en marzo pasado Álava y Vizcaya. Salvo sorpresas de última hora, ese día se consumará la quiebra del principio de armonización fiscal consagrado en el propio Estatuto.

El PNV fracasó ayer en su intento por salvar la unidad tributaria que ha presidido hasta ahora las relaciones entre las instituciones vascas. EA, su so...

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La ruptura fiscal está a punto de ser un hecho en Euskadi. Guipúzcoa puede abrir el próximo 5 de diciembre una crisis institucional de consecuencias tan graves como inciertas al aprobar un tipo general del Impuesto de Sociedades del 30%, dos puntos superior al que fijaron en marzo pasado Álava y Vizcaya. Salvo sorpresas de última hora, ese día se consumará la quiebra del principio de armonización fiscal consagrado en el propio Estatuto.

El PNV fracasó ayer en su intento por salvar la unidad tributaria que ha presidido hasta ahora las relaciones entre las instituciones vascas. EA, su socio en la Diputación guipuzcoana, se alineó con el PSE, el principal partido de la oposición, para votar conjuntamente en la Comisión Hacienda de las Juntas Generales a favor de un tipo de gravamen del 30%, que deberá ser ratificado por el pleno del próximo miércoles.

Sólo un giro de 180 grados en las posiciones que EA ha mantenido hasta ahora podría evitar la temida ruptura fiscal. El PNV ha asumido como "un mal menor" el desajuste con el resto de los territorios, aunque esta formación insiste en que tratará "hasta el último minuto" de convencer a EA para igualar el tipo, un elemento sustancial de la reforma del impuesto. El último recurso que le queda al PNV para evitar la desarmonización es la aprobación de un decreto foral-norma, como ya barajó el anterior diputado general, Joxe Joan González de Txabarri durante el tramo final de su mandato. Sin embargo, según fuentes próximas al ejecutivo foral, Markel Olano descarta por completo hacer uso de este mecanismo excepcional, porque supondría "deteriorar las relaciones en el seno del consejo de diputados y la relación entre la Diputación y las Juntas".

La comisión de Hacienda escenificó ayer la fractura existente dentro del Gobierno foral y, al mismo tiempo, el alto grado de entendimiento entre EA y los socialistas. Estos dos partidos unieron sus votos para rechazar las 13 enmiendas parciales -incluida la que perseguía un tipo del 28%- presentadas por los peneuvistas.

El portavoz del PNV, Asier Aranbarri, en una escueta intervención para defender las correcciones al proyecto de la Diputación, insistió en la apuesta de este partido por "la armonización fiscal y la competitividad de las empresas". Y anunció que su grupo mantendrá hasta el día del pleno la enmienda para reducir el tipo al 28%.

La afinidad entre EA y el PSE quedó al descubierto cuando el portavoz socialista, Miguel Buen, comunicó la decisión de retirar la enmienda de su grupo para fijar un tipo del 31%. "Aunque no nos satisface plenamente el 30% planteado por la Diputación, se acerca mucho a lo que pretendemos", afirmó Buen, quien agregó que "se está sacralizando la armonización fiscal". A su juicio, las empresas tienen diversificados sus negocios en diferentes lugares, por lo que "no les supone ningún quebranto que el tipo general esté desarmonizado".

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Regina Otaola, del PP, calificó de "chapuza" el debate de las Juntas sobre el impuesto, en el que apoyó la enmienda del PNV por el 28% tras matizar que su grupo es partidario de rebajarlo aún más, hasta el 25%. Las impugnaciones de EB y Aralar a este artículo, que pretendían unos gravámenes del 36% y del 32,6% (el actual en Guipúzcoa), respectivamente, también fueron rechazadas.

El desmarque de Guipúzcoa tendrá un efecto directo en las empresas de esta provincia, que deberán pagar más al fisco por sus beneficios. El presidente del Círculo de Empresarios Vascos, Álvaro Videgain, se sumó ayer al descontento expresado por la patronal vasca Confebask y la guipuzcoana Adegi, y manifestó que es un "muy mal ejemplo de unión" que en Euskadi existan dos impuestos de sociedades diferentes.

[El Gobierno foral guipuzcoano de PNV y EA ha llegado a un principio de acuerdo con EB para aprobar los presupuestos forales de 2008, según reconoció ayer el portavoz de esta formación en las Juntas de Guipúzcoa, Mikel Izagirre. Los cuatro votos de EB y los 23 que suman los partidos del gobierno foral son suficientes para sacar adelante las cuentas. Las negociaciones con Aralar también marchan por buen camino, aunque no está cerrado el acuerdo. El PSE y el PP han presentado sendas enmiendas a la totalidad].

El conflicto

- 6 de febrero de 2007. El Consejo de Diputados aprueba, con la abstención de EA, la reforma del impuesto con el 28% de tipo

- 26 de marzo. El ex diputado general Joxe Joan González de Txabarri retira el proyecto ante la falta de apoyo en las Juntas.

- 4 de julio. El PNV y EA se comprometen a pactar un nuevo impuesto.

- 7 de agosto. El diputado general, Markel Olano, declara a EL PAÍS que "habrá un único impuesto".

- 4 de septiembre. El Consejo de Diputados aprueba el proyecto de norma con un tipo del 30%.

- 10 de noviembre. El PNV presenta una enmienda al proyecto para rebajar el tipo al 28%.

- 28 de noviembre. Votación de las enmiendas parciales en comisión: la enmienda del PNV para rebajar el tipo al 28% registró seis votos a favor (PNV y PP) y ocho en contra (PSE, EA, EB y Aralar). El artículo del proyecto (30%) tuvo seis votos a favor (PSE y EA) y cuatro en contra (PP, EB y Aralar). El PNV se abstuvo.

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