Cartas al director

El ascenso de las mujeres

El día 30 de octubre leo en la página 2 del periódico la nota de referencia, de F. Gualdoni y J. Marirrodriga y enviada desde Buenos Aires. En ella se afirma que María Estela de Perón llegó a la presidencia de Argentina sin haber sido "elegida en las urnas, sino puesta a dedo tras la muerte de Perón por unos dirigentes políticos de lo más nefastos". Esta referencia no se compadece con la realidad de los hechos ocurridos, ya que la Constitución argentina establece con total claridad la elección por sufragio universal del presidente y vicepresidente en una sola boleta (igual que en los EE UU). L...

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El día 30 de octubre leo en la página 2 del periódico la nota de referencia, de F. Gualdoni y J. Marirrodriga y enviada desde Buenos Aires. En ella se afirma que María Estela de Perón llegó a la presidencia de Argentina sin haber sido "elegida en las urnas, sino puesta a dedo tras la muerte de Perón por unos dirigentes políticos de lo más nefastos". Esta referencia no se compadece con la realidad de los hechos ocurridos, ya que la Constitución argentina establece con total claridad la elección por sufragio universal del presidente y vicepresidente en una sola boleta (igual que en los EE UU). La señora Martínez de Perón compartió, como candidata a vicepresidenta, la fórmula presidencial junto a su esposo Perón. Por ello, ella tuvo la misma cantidad de votos obtenidos que el presidente electo. Es decir, fue electa en las urnas y, como lo establece la Constitución, sucedió al presidente fallecido. Si por algo puede ser recordada la señora de Perón como presidenta es por su total incapacidad para el cargo, y por haber ejercido terrorismo de Estado durante su mandato, hecho que marcó el camino del futuro Gobierno golpista que la sucedió.

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