Cataluña empieza a mejorar en ahorro y eficiencia energética

La industria consume menos energía para producir lo mismo

Los consumidores y las industrias de Cataluña empiezan a hacer los deberes en materia de ahorro y eficiencia energética, una de sus grandes asignaturas pendientes, entre otras razones porque el uso ineficiente de la energía tiene un impacto negativo para la competitividad catalana. La intensidad energética, que es el consumo de energía que se necesita para generar riqueza, retrocedió el 3,7% el año pasado.

Durante los años noventa, la energía consumida en Cataluña se disparó hasta el 46%. Y la Generalitat estima otro incremento similar, del 43%, para la próxima década si no se ataja una...

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Los consumidores y las industrias de Cataluña empiezan a hacer los deberes en materia de ahorro y eficiencia energética, una de sus grandes asignaturas pendientes, entre otras razones porque el uso ineficiente de la energía tiene un impacto negativo para la competitividad catalana. La intensidad energética, que es el consumo de energía que se necesita para generar riqueza, retrocedió el 3,7% el año pasado.

Durante los años noventa, la energía consumida en Cataluña se disparó hasta el 46%. Y la Generalitat estima otro incremento similar, del 43%, para la próxima década si no se ataja una demanda que el plan de la energía de esta comunidad autónoma califica de "creciente e irracional". Pero las curvas de la energía empiezan a cambiar.

El cambio de tendencia, detectado ya en 2004, se consolidó en 2006. Mientras que el producto interior bruto (PIB) o generación de riqueza de Cataluña creció el 3,9%, el consumo de energía disminuyó el 0,1%, lo que sugiere que se ahorra más energía y que ésta se aprovecha mejor. "La climatología (inviernos suaves y veranos fríos) puede haber influido algo en ello", explica Agustí Maure, director general de Energía del Gobierno catalán, "pero descartamos que sea el factor fundamental porque hemos recompuesto los datos considerando invernos y veranos como los de antes y el resultado es similar".

La intensidad energética final, que no bajaba desde principios de la década de 1990, va de baja. En 2006 se situó en 110,2 toneladas equivalentes de petróleo (tep, unidad en que se mide) por cada millón de euros de producción, frente a las 114,5 tep de 2005. "Es importante que esta tendencia haya cambiado coincidiendo con la reactivación de la industria, porque significa que en los procesos productivos se consume menos electricidad para producir lo mismo", subraya Maure.

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