Rubíes, zafiros y mármol junto a un agujero negro

Un grupo de astrónomos ha analizado la luz infrarroja procedente del entorno de un agujero negro y se han llevado una sorpresa porque han identificado la firma de compuestos inesperados: silicatos que forman arena, componentes del mármol, rubíes y zafiros, anunció ayer la NASA. Aunque los científicos saben que el polvo intergaláctico es el material de construcción de los planetas, de las estrellas y hasta de los seres vivos, no esperaban esos minerales en el ámbito de un agujero negro.

Los astrónomos apuntaron el telescopio en órbita Spitzer a una galaxia situada a unos 8....

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Un grupo de astrónomos ha analizado la luz infrarroja procedente del entorno de un agujero negro y se han llevado una sorpresa porque han identificado la firma de compuestos inesperados: silicatos que forman arena, componentes del mármol, rubíes y zafiros, anunció ayer la NASA. Aunque los científicos saben que el polvo intergaláctico es el material de construcción de los planetas, de las estrellas y hasta de los seres vivos, no esperaban esos minerales en el ámbito de un agujero negro.

Los astrónomos apuntaron el telescopio en órbita Spitzer a una galaxia situada a unos 8.000 millones de años luz de la Tierra con un cuásar -un agujero negro- en el centro. Su objetivo era investigar si estos devoradores de materia y radiación podrían aportar polvo intergaláctico a la receta del universo primitivo por el viento generado a su alrededor.

Se sabe que el polvo intergaláctico se forma en explosiones de grandes estrellas viejas. Pero cuando el universo (que tiene 13.700 millones de años) era muy joven, las estrellas normales no habrían tenido tiempo de envejecer y explotar. Tal vez hubo astros masivos y de vida corta que habrían fabricado ese polvo. Otra hipótesis propone que los cuásares podrían haber contribuido, como sugieren ahora las observaciones.

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