Tribuna:La nueva 'piel' del Camp Nou

Camp Nou. ¿Nuevos Mitjans?

Reseñar el Camp Nou es reseñar uno de los edificios más populares de este país, y no sólo porque en su interior resida el museo más visitado de Barcelona. Aproximadamente, una vez por semana, el Camp Nou es ocupado durante unas horas por una población superior a la de algunas capitales de provincia españolas, tales como Ávila, Cáceres, Lugo y Toledo. Es inevitable que tal movimiento migratorio, puntual y reversible, origine alteraciones sustanciales en la vida cotidiana de la ciudad.

El Camp Nou fue proyectado por Francesc Mitjans i Miró y firmado junto con Josep Soteras y Lorenzo Garcí...

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Reseñar el Camp Nou es reseñar uno de los edificios más populares de este país, y no sólo porque en su interior resida el museo más visitado de Barcelona. Aproximadamente, una vez por semana, el Camp Nou es ocupado durante unas horas por una población superior a la de algunas capitales de provincia españolas, tales como Ávila, Cáceres, Lugo y Toledo. Es inevitable que tal movimiento migratorio, puntual y reversible, origine alteraciones sustanciales en la vida cotidiana de la ciudad.

El Camp Nou fue proyectado por Francesc Mitjans i Miró y firmado junto con Josep Soteras y Lorenzo García Barbón. El proyecto respondía escrupulosamente al programa aportado por la directiva del Futbol Club Barcelona en 1954. En él se definieron las claves de la propuesta, tales como la correcta orientación del campo, la óptima visibilidad desde todos los asientos o una capacidad final para 150.000 espectadores. El listado finalizaba con tres puntos esenciales en el desarrollo del proyecto: una urbanización de la máxima amplitud, el desarrollo de la construcción en dos fases y, finalmente, dotar al estadio de la más alta categoría arquitectónica.

Mitjans asume este programa y configura una respuesta tipológica sin duda deudora de algunos estadios internacionales contemporáneos, como el Olympiastadion de Helsinki de Yrjö Lindegrén y Toivo Jäntii o la propuesta para Maracaná realizada por Oscar Niemeyer. Esta tipología de estadios tiene origen en el estadio Centenario de Montevideo. Construido para la celebración del primer mundial, es uno de los primeros estadios preparado para entender el fútbol como deporte de masas. Atrás quedan las pequeñas graderías y los cobertizos de los primeros campos ingleses, o los parques que acaban en una zona de campos de fútbol tan propios de los primeros clubes en Sudamérica.

La mayor habilidad de Mitjans en el Camp Nou, como en tantas otras de sus obras, consiste en superar los modelos preexistentes adaptándolos a las condiciones propias del lugar y del programa concreto. El edificio confía su imagen al rigor geométrico y a ritmos estructurales, hábilmente adaptados a la situación del espectador, y no a los elementos dermatológicos tan frecuentes en algunas arquitecturas actuales. El conjunto aúna las sutiles condiciones de la correcta visibilidad con las brutales exigencias del flujo de masas, un equilibrio que lamentablemente algunas intervenciones posteriores han convertido en inestable o incluso han suprimido.

Mitjans proyectó el Camp Nou como el núcleo de un polo verde de equipamientos deportivos, sin renunciar a la fácil accesibilidad de vehículos, medios de transporte públicos y peatones. La posterior acumulación frente al estadio de diferentes instalaciones del club y la deficiente resolución de los bordes topográficos del conjunto acabó con la posibilidad de sumar las inmediaciones del Camp Nou al continuum urbano.

Las dificultades de convivencia entre las grandes infraestructuras deportivas y la ciudad consolidada han originado la construcción "extra muros" de nuevos estadios emblemáticos, como Saint Denis en París. La suburbanización y la reconversión del antiguo campo de fútbol en un centro lúdico-comercial ha promovido una tercera generación de estadios. Muchos de ellos se construyen ya alejados de la ciudad, a la que como dijera un presidente del Futbol Club Barcelona "han dado nombre". Este alejamiento implica, por otro lado, una condición nueva infraestructural y de hipersignificación para los estadios. En el Allianz Arena de Múnich, obra de Herzog y de Meuron, los accesos se realizan desde un viario específico, íntimamente ligado con la estructura del estadio. Éste se entiende prácticamente como un cascarón de accesibilidad que separa el espectáculo del movimiento de una vía rápida. Este cascarón tecnológico se hipersignifica, se convierte el mismo en espectáculo de luz y de color, como los casinos de Las Vegas frente a la autopista. El espectador del siglo XXI aparentemente precisa de una sobreestimulación. La hipersignificación se acumula en fachadas pixeladas y retroproyectadas, en torres de iluminación cambiadas de escala, en aparatosas cubiertas retráctiles. Cuando el fútbol ya no es suficiente espectáculo, el edificio se convierte en espectáculo en sí mismo. Y como en todo espectáculo prima el "más difícil todavía", el arco de mayor luz, la mayor cubierta móvil, la mayor pantalla en la fachada del edificio. ¿Todos los Mitjans son válidos?

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Quizá la condición de arquitectura espectacular, "¡¡¡gaudiniana!!!" como algunos han comentado, ha pesado en la elección de Sir Norman Foster como arquitecto del nuevo estadio. Quizá esa condición de espectacular, tan contemporánea, haya sido valorada por encima de propuestas con estrategias urbanas de consolidación, como la del equipo de Ferrater / Serra, Vives y Cartagena con Arupsport. Quizá esa misma condición haya primado sobre la propuesta de MAP Arquitectes, profundamente atenta con el edificio de Mitjans y a las relaciones de éste con sus elementos próximos. O quizá se haya priorizado la condición de arquitectura espectacular sobre lo sutil e íntimo de propuestas como las de SAANA o Domingo / Ferré.

Foster & Partners es, sin duda, una de las firmas de arquitectura de mayor prestigio internacional. Sus edificios se reparten por decenas de capitales mundiales con gran éxito de crítica y público. Más allá de cuestiones de "imaginería arquitectónica" recuperar el estadio para la ciudad y convertirlo en una pieza de uso urbano es el gran reto que deberá afrontar Norman Foster, ganador del concurso para la remodelación del Camp Nou.

Al menos hasta que, en los próximos 25 años, alguien decida acabar con el cementerio de elefantes del Estadio Olímpico de Montjuïc. Quizá la ciudad se atreva a situar en lugar del dudosamente útil anillo olímpico actual uno el campo del Barça, uno de los pocos Mitjans capaces de dinamizar el pulmón verde de Barcelona.

Ignacio López Alonso es arquitecto por la Etsab, socio fundador de Lagula Arquitectes y profesor asociado a la cátedra de proyectos de la Etsav. En la actualidad desarrolla su tesis doctoral acerca de Francesc Mitjans y el Camp Nou.

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