Reportaje:

Noche de linternas en Vall d'Hebron

Los afectados respondieron al apagón con paciencia y comprensión, aunque también se registraron momentos de tensión

-Perdón, ¿adónde tengo que ir para hacerme una analítica? -Hoy va a ser imposible. Pregunte al final del pasillo. Pero vaya con cuidado, que está muy oscuro.

Con pequeñas variaciones, este breve diálogo se reprodujo ayer mil veces entre pacientes y el personal sanitario del hospital Vall d'Hebron. El incendio en un circuito eléctrico que dejó sin luz a varios pabellones del centro truncó el quehacer habitual de médicos, ciudadanos y personal de enfermería y administrativo. No hubo colapso y la mayoría de los afectados se armaron de paciencia y comprensión, aunque también se vivieron esc...

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-Perdón, ¿adónde tengo que ir para hacerme una analítica? -Hoy va a ser imposible. Pregunte al final del pasillo. Pero vaya con cuidado, que está muy oscuro.

"Es la segunda vez que un apagón impide operar a mi hermano del corazón", dijo Puri
Urgencias estaba desierto y los pacientes se habían desviado a otros hospitales
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Con pequeñas variaciones, este breve diálogo se reprodujo ayer mil veces entre pacientes y el personal sanitario del hospital Vall d'Hebron. El incendio en un circuito eléctrico que dejó sin luz a varios pabellones del centro truncó el quehacer habitual de médicos, ciudadanos y personal de enfermería y administrativo. No hubo colapso y la mayoría de los afectados se armaron de paciencia y comprensión, aunque también se vivieron escenas de nerviosismo: "Es la segunda vez que intentan operar a mi hermano del corazón. Debe de ser gafe, porque en mayo ya no pudo ser por otro apagón y en este mismo hospital, es una vergüenza. Estoy preocupada porque está muy grave y han pospuesto la operación hasta el martes", dijo Purificación Mellado a las puertas del centro.

La respuesta del personal del centro tras el apagón fue rápida y eficaz, por lo que no hubo que lamentar víctimas. Pero el incidente podría haberse convertido en tragedia. Durante la madrugada en los pasillos del hospital se reprodujeron escenas muy delicadas: "Han tenido que trasladar a los pacientes de la UCI por las escaleras. Mientras dos enfermeros llevaban las camillas, otro tenía que insuflar oxígeno al enfermo manualmente con una bomba de aire. Ha sido un momento complicado", explicó Cristina, una trabajadora del centro.

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"Me he despertado por la noche y al salir de la habitación estaba todo oscuro. Entonces he visto una enfermera acompañada de un policía que llevaba una linterna. No entendía nada y no he podido volver a pegar ojo", relató Oscar Castellanos, un paciente que se recuperaba de una operación quirúrgica.

De hecho, los agentes de la Guardia Urbana y de los Mossos d'Esquadra no abandonaron las instalaciones en todo el día de ayer. Patrullando o montando guardia con linternas, tuvieron que compartir las labores de información con el personal administrativo del centro, aunque con escaso éxito. Los usuarios -la mayoría de ellos de avanzada edad- buscaban casi a tientas por los pasillos del hospital a alguien que les pudiera tramitar un cambio de hora en su visita o bien que les facilitara información sobre otro centro al que dirigirse. Tampoco funcionaban los ascensores, por lo que los operarios de la limpieza tenían que subir los carros por las escaleras.

Pero en los exteriores del hospital fue un día de risas y corrillos improvisados. Grupos de enfermeras comentaban las últimas incidencias y los médicos daban largos paseos de un lado a otro de las instalaciones mirando con curiosidad los 13 generadores que proporcionaban electricidad a parte del edificio. El estrés de un día normal había dado paso a un ambiente relajado. "Ahora quiero que encendáis todos los ordenadores y trabajéis durante media hora como si fuera un día normal. Nos han conectado un generador provisional y hay que saber si soporta la carga de trabajo. Si no es así, nos vamos a casa y nos vemos mañana, dijo una responsable del centro a los trabajadores del Banco de Sangre, inactivo durante toda la mañana.

En la cafetería ubicada en el exterior de las instalaciones no se sirvieron bebidas frías. La máquina registradora no funcionaba y la nevera tuvo que vaciarse para que los alimentos no se echaran a perder. "Hemos tenido que tirar algunas cosas. Mala suerte", declaró el encargado.

A Vall d'Hebron también se acercó una pequeña representación de políticos. Entre ellos, el jefe del grupo de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Trias, y el consejero de Interior, Joan Saura. Trias, médico de profesión, atribuyó el incidente a "la mala suerte", y evitó atribuir la responsabilidad al equipo de gobierno municipal. "Hay que felicitarse porque no se han producido víctimas y por la excelente respuesta de los profesionales de este hospital", subrayó el nacionalista.

El área de urgencias, una de las afectadas por el apagón, estaba desierta. "Ha habido muy poca actividad. Por suerte la gente estaba informada de lo que ha pasado y han ido a otros centros", explicó una enfermera apostada en la entrada. Fuera, decenas de ambulancias permanecían aparcadas.

Un guardia urbano ilumina una escalera del hospital.MARCEL.LÍ SÁENZ

María Leona / Paciente : "Una enfermera me ha dicho que cuidará de mí"

María Leona espera sentada a oscuras a las nueve de la mañana en un banco del vestíbulo del hospital. Sufre artritis reumatoide y periódicamente acude al hospital para recibir tratamiento. "Hemos llegado tarde. La carretera estaba colapsada. Mi nuera me ha dejado aquí y se ha ido a aparcar el coche", dice María con voz de preocupación. Una enfermera le susurra: "No se preocupe. Espere aquí y pronto le diremos algo". María, en ayunas y con un bocadillo en el bolso, no se mueve: "Esta enfermera me ha dicho que cuidará de mí".

Charo Montull / Enfermera: "Hemos atendido con la luz del día"

Cuando llegó Charo Montull, el hospital estaba sin luz. "Nos han informado de que se había producido un incendio y que los grupos electrógenos estaban apagados", explica esta enfermera que trabaja en consultas externas de cirugía maxilofacial. "Los pacientes ya están informados por los medios y los que han venido los hemos atendido con la luz del día. Hemos solucionado lo que hemos podido tratar a simple vista". El 80% de las consultas de su área fueron anuladas. "Nunca había vivido una situación similar. Ha sido un caos".

Joan Alguersuari / Médico: "Nuestra actividad depende de la energía"

"En realidad, sabía que venía para no hacer nada". La primera noticia del apagón que recibió Joan Alguersuari, cardiólogo, fue por televisión. Inmediatamente se trasladó a Vall d'Hebron. "Nuestra actividad depende evidentemente de la energía eléctrica. Hacemos ecocardiogramas". Su unidad dispone de un aparato portátil con autonomía de dos horas que ayer permitió realizar un ecocardiograma urgente. "Hemos tenido la suerte de que hoy no había actividad ambulatoria programada", afirma este cardiólogo mallorquín.

Fructuoso García / Paciente: "He desayunado un trozo de pan con mermelada"

Lleva dos semanas ingresado y el apagón le retrasará su salida seguramente unos días más. Fructuoso García dormía cuando su compañero de habitación le despertó a las dos de la mañana para anunciarle que no tenían luz en la habitación. En el exterior, bomberos y policías. "Algo nerviosos sí que estábamos, pero no hemos oído la explosión. No ha habido pánico, pero los ascensores no funcionan", relata Fructuoso. "El desayuno ha tardado un poco. Nos han dado un trozo de pan con mermelada y un zumo de piña".

Begoña Martín / Enfermera: "Hemos vivido la jornada con sorpresa"

Begoña Martín trabaja en el área de donación del banco de sangre del hospital, una de las zonas afectadas por el corte de suministro eléctrico. "Un generador ha permitido mantener la cámara refrigeradora donde están los componentes sanguíneos", explica esta enfermera. "En la zona de transfusiones hemos montado unas camillas para pinchar". Begoña esperaba ayer frente al centro de transfusiones a que los reunieran para darles información de la situación. "Hemos vivido la jornada con sorpresa", exclama.

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