Zapatero promete más medidas sociales hasta las elecciones pese a los reparos de Solbes

El jefe del Gobierno apoya la atención dental gratuita entre los 7 y los 15 años

La agenda social de José Luis Rodríguez Zapatero continúa intacta pese a los reparos expresados por el ministro de Economía, Pedro Solbes. El presidente del Gobierno quiso despejar ayer cualquier duda en este sentido y, en la fiesta anual de los socialistas catalanes, defendió el conjunto de su política social, prometió ampliarla "hasta las elecciones" y apoyó extender la atención dental gratuita a los niños de 7 a 15 años. Durante un mitin en Gavà (Barcelona), Zapatero defendió sus iniciativas para recuperar los símbolos y la idea de España al tiempo que prometió a los catalanes que su cuesti...

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La agenda social de José Luis Rodríguez Zapatero continúa intacta pese a los reparos expresados por el ministro de Economía, Pedro Solbes. El presidente del Gobierno quiso despejar ayer cualquier duda en este sentido y, en la fiesta anual de los socialistas catalanes, defendió el conjunto de su política social, prometió ampliarla "hasta las elecciones" y apoyó extender la atención dental gratuita a los niños de 7 a 15 años. Durante un mitin en Gavà (Barcelona), Zapatero defendió sus iniciativas para recuperar los símbolos y la idea de España al tiempo que prometió a los catalanes que su cuestionada red ferroviaria funcionará "perfectamente" en diciembre. "No hay lugar para el pesimismo", dijo.

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Zapatero quiso demostrar ayer que continúa fiel a su apuesta por las políticas sociales que detalló durante el debate sobre el estado de la nación del pasado julio. Desde entonces, el ministro de Economía, Pedro Solbes, ha encendido algunas alarmas en el seno del Gobierno, la última de ellas al cuestionar abiertamente la propuesta del Ministerio de Sanidad de prestar atención bucodental gratuita a los niños de 7 a 15 años.

La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ya se ocupó la semana pasada de defender el plan y el propio Zapatero negó el miércoles que Solbes discrepe de los proyectos del Ejecutivo, pero el presidente quiso darle ayer un mayor relieve al asunto. Por eso se refirió explícitamente a la medida criticada por Solbes y la puso en el mismo paquete de los "grandes" proyectos sociales del Ejecutivo, como la de otorgar ayudas de 2.500 euros por cada nacimiento, o la Ley de Dependencia.

El jefe del Ejecutivo negó que su apuesta tenga carácter electoralista y dio un paso más en su estrategia para evitar que la larga campaña electoral desde ahora hasta marzo bascule hacia el debate territorial. Por eso, y a pesar de encontrarse en Cataluña, hizo escasísimas referencias al debate estatutario que ha marcado la legislatura y optó por apuntarse todos los éxitos posibles en política social. Es más, en su lucha por arrebatar al Partido Popular su autoatribuido papel de único defensor de la españolidad, Zapatero defendió la nueva imagen de marca del Ejecutivo unificada bajo la etiqueta "Gobierno de España". "Me gusta llamar a las cosas por su nombre", dijo ante cerca de 30.000 militantes del Partit dels Socialistes de Catalunya.

Pero Zapatero no quiso pasar por alto que un amplio sector de la sociedad catalana, muy necesario para su proyecto electoral, está molesto desde hace meses por la pérdida de calidad de los servicios públicos, sobre todo de las infraestructuras y más concretamente de los servicios ferroviarios. Zapatero no avanzó nada sobre el anhelado traspaso de los aeropuertos en Cataluña, pero sí admitió los "fallos" de la red de Cercanías y prometió que éstos acabarán con el fin de las obras de la Alta Velocidad. "En diciembre todo tiene que funcionar perfectamente".

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El Gobierno es consciente también de que el nacionalismo está aprovechando los fallos de los servicios públicos para hacer prender el discurso del desánimo y el pesimismo en Cataluña. Los nacionalistas intentan así desmovilizar al electorado socialista, tradicionalmente muy motivado ante las elecciones generales. Zapatero fue tajante y casi zarandeó a su militancia. "¡No cabe el pesimismo!", proclamó. "Trabajaremos para que Cataluña tenga infraestructuras de primera" y destacó que Cataluña será la primera comunidad en tener sus cuatro capitales interconectadas por la Alta Velocidad. Zapatero aseguró también que con el traspaso de Cercanías a la Generalitat, ahora en manos de la ministra Magdalena Álvarez, "el servicio funcionará mejor".

Chacón pide confianza

Zapatero quiso allanar con estos compromisos el camino a la ministra de Vivienda, Carme Chacón, llamada a encabezar la lista del PSC por Barcelona en marzo. La ministra se enfrenta a la difícil papeleta de revalidar o mejorar los magníficos resultados del PSC en 2004, que aportó hasta 21 diputados al Grupo Parlamentario Socialista del Congreso. Se mostró convencida de que "Cataluña volverá a confiar en Zapatero porque Zapatero ha confiado en Cataluña". También arrancó aplausos al predecir qué futuro le aguarda al presidente del PP, Mariano Rajoy. "Es cierto, aunque pierda no abandonará el partido: lo echarán".

De izquierda a derecha, Jordi Hereu, Carme Chacón, José Luis Rodríguez Zapatero y José Montilla, ayer en Barcelona.JOAN SÁNCHEZ

Rajoy aplicaría el Estatuto si gobernase

El presidente del PP, Mariano Rajoy, explicó ayer en una entrevista al diario La Razón , qué haría con el Estatuto catalán si llega a gobernar. El líder del PP admite que la carta catalana es "una ley en vigor" y que, por tanto, tendría que aplicarla. Eso sí, Rajoy afirma que "no es nada bueno para España que un año después de la aprobación del Estauto no haya sentencia del Tribunal Constitucional". "Yo voy a respetar siempre lo que diga la ley", remacha.

Rajoy también alabó por primera vez la gestión de un ministro del Gobierno de Zapatero. El jefe de la oposición se colocó claramente del lado del vicepresidente económico, Pedro Solbes, que en su opinión "está diciendo cosas sensatas". Lo hizo para pedir inmediatamente a José Luis Rodríguez Zapatero que le haga caso en sus reticencias a algunas medidas sociales anunciadas por otros ministros. "Creo que el resto del Gobierno está haciendo algunas insensateces que pueden afectar a la credibilidad de la economía española.

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