Los recuerdos de Córdoba se comen la acera
En los alrededores de la Mezquita de Córdoba es donde se concentran más tiendas de regalos y recuerdos para los turistas. Ofrecen postales, imanes para el frigorífico, sombreros cordobeses, vestidos de gitana de bajo coste, delantales con lunares o panderetas con un torero pintado en el centro.
El problema es que los comerciantes toman las aceras con sus recuerdos. Quizás, el lugar más complicado para el peatón sea la calle Judería. A un lado están las mesas y sillas de una heladería. Al otro, los productos que oferta una tienda de recuerdos. Al caminante apenas le queda espacio para ca...
En los alrededores de la Mezquita de Córdoba es donde se concentran más tiendas de regalos y recuerdos para los turistas. Ofrecen postales, imanes para el frigorífico, sombreros cordobeses, vestidos de gitana de bajo coste, delantales con lunares o panderetas con un torero pintado en el centro.
El problema es que los comerciantes toman las aceras con sus recuerdos. Quizás, el lugar más complicado para el peatón sea la calle Judería. A un lado están las mesas y sillas de una heladería. Al otro, los productos que oferta una tienda de recuerdos. Al caminante apenas le queda espacio para caminar.
Periódicamente se abre la polémica. El Ayuntamiento de Córdoba posee desde hace años una Ordenanza Municipal de Publicidad Exterior, que prohíbe instalar reclamos publicitarios que impidan "la contemplación" de los edificios declarados de interés cultural y obliga a que los elementos que se utilicen como reclamo estén "acorde con los materiales tradicionales".
La norma se aplicó estrictamente cuando una cadena estadounidense de hamburguesas anunció su implantación justo delante de la mezquita hace unos años. Se organizaron concentraciones de repulsa. La hamburguesería continúa, pero de su colorida imagen de marca no hay ni rastro en la fachada.