Nueve grupos ecologistas, contra una mina de andalucita en As Pontes

Ayer protestaron con una marcha por el área afectada, limítrofe con las Fragas do Eume

El monte Fontardión, en la parroquia pontesa de Goente, esconde un yacimiento de andalucita. Un mineral refractario bastante escaso en España, capaz de soportar temperaturas muy elevadas. Una compañía extranjera, Picobello Andalucita SL, aspira a explotar esta mina que linda con las Fragas do Eume. La proximidad de la explotación al parque ha puesto en pie de guerra al alcalde de A Capela y a los grupos ecologistas, que ayer hicieron una marcha de denuncia.

Lo primero que llama la atención en el proyecto es el nombre del mineral en estas latitudes del Norte, a medio camino entre las Fra...

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El monte Fontardión, en la parroquia pontesa de Goente, esconde un yacimiento de andalucita. Un mineral refractario bastante escaso en España, capaz de soportar temperaturas muy elevadas. Una compañía extranjera, Picobello Andalucita SL, aspira a explotar esta mina que linda con las Fragas do Eume. La proximidad de la explotación al parque ha puesto en pie de guerra al alcalde de A Capela y a los grupos ecologistas, que ayer hicieron una marcha de denuncia.

Lo primero que llama la atención en el proyecto es el nombre del mineral en estas latitudes del Norte, a medio camino entre las Fragas do Eume y la mina de carbón de As Pontes. La andalucita debe su nombre a un error que lo situó por primera vez en Andalucía, pese a que su hallazgo se produjo en Guadalajara.

Adopta varias formas o colores y cuando es transparente se considera una gema, aunque modesta. El mineral se valora, fundamentalmente, porque es capaz de soportar altísimas temperaturas y se emplea como aislante refractario en la industria siderúrgica y metalúrgica. El proyecto para la explotación de este yacimiento a cielo abierto saltó a la palestra en 2003, de la mano de la empresa Picobello Andalucita SL. La compañía, de capital inglés y surafricano, pujó por la explotación de la ladera norte con la intención de exportar miles de toneladas anuales de un material muy demandado. El proyecto fue aprobado un año después por la Xunta de Fraga y rechazado, meses más tarde, por el actual gobierno bipartito, después de que los técnicos de Medio Ambiente de la Xunta constataran que la explotación invadía el parque natural.

Casi cuatro años después de presentar el primer proyecto, la empresa reapareció para presentar un documento reformado que reducía a casi la mitad la superficie de explotación "respetando la delimitación del parque natural". Se establece, además, una franja de protección de 50 metros entre el yacimiento y el parque atlántico, según indicaron fuentes de la Consellería que dirige Manuel Vázquez. El nuevo plan, que fija una concesión de doce años para explotar una superficie de 359.553 metros cuadrados, ya ha sido sometido a exposición pública, según el departamento de Innovación e Industria, y está a la espera de resolver las alegaciones presentadas.

Tiene visos de prosperar y esta posibilidad ha disgustado al regidor de A Capela y a los grupos ecologistas de la comarca. Colectivos como Verdegaia y la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) han presentado alegaciones criticando la procedencia foránea del capital y el impacto de la obra en la sierra del Forgoselo. Consideran que la explotación afectará a las fuentes de varios afluentes del Eume, entre ellos el Belelle, variando el caudal del río y destruyendo el patrimonio ecológico y agrícola porque la franja de protección es "insuficiente". Antón Fortuna, de Vergaia, teme que tarde o temprano, la empresa minera invada la zona protegida.

El alcalde del municipio limítrofe de A Capela, el socialista Anxo López Sueiro, dice que. "hace unos 15 años, unos ingleses dijeron que había oro y, ahora, que es andalucita. Si quieren la mina en el centro de As Pontes, que la coman, pero en A Capela, no". También alegaron en contra de la explotación minera un grupo de vecinos de la zona, cuyas fincas serán expropiadas o lindan con los terrenos de la mina.

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"Prometen 30 empleos directos en 12 años, pero eso no compensa la destrucción" asegura Piedad Viñas, de la SGHN. Para denunciar "la pérdida de valores naturales" en la zona, nueve colectivos ecologistas y el Ayuntamiento de A Capela organizaron ayer un "roteiro" de cuatro kilómetros por el Pico Vello, en la zona que albergará la explotación. Piden que se incluya la sierra del Forgoselo en la zona de protección del parque natural de las fragas.

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