Reportaje:

"El catalán del futuro será como yo"

El empresario de origen chino Dídac Lee representa a Cataluña en un concurso mundial de jóvenes emprendedores

El primer restaurante chino que se abrió en las comarcas de Girona es fruto de un flechazo. Un joven periodista metido a sociólogo y una estudiante de Filología Hispánica, ambos procedentes de Taiwan, cruzaron sus vidas de estudiantes con beca en Madrid y, después, se enamoraron del Empordà, se instalaron en Figueres, abrieron un local y tuvieron dos hijos.

Seguramente, a esta pareja de chinos nunca se le hubiera ocurrido imaginar que el primero de sus dos hijos, al que llamaron Dídac, pudiera acabar representando a Cataluña en un concurso internacional de jóvenes emprendedores.

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El primer restaurante chino que se abrió en las comarcas de Girona es fruto de un flechazo. Un joven periodista metido a sociólogo y una estudiante de Filología Hispánica, ambos procedentes de Taiwan, cruzaron sus vidas de estudiantes con beca en Madrid y, después, se enamoraron del Empordà, se instalaron en Figueres, abrieron un local y tuvieron dos hijos.

Seguramente, a esta pareja de chinos nunca se le hubiera ocurrido imaginar que el primero de sus dos hijos, al que llamaron Dídac, pudiera acabar representando a Cataluña en un concurso internacional de jóvenes emprendedores.

Es lo que ha ocurrido. La final del concurso, en la que participan los candidatos escogidos por casi un centenar de jóvenes cámaras de comercio de todo el mundo, se celebrará en Turquía el próximo noviembre. Y Cataluña está representada en el concurso por un joven empresario de origen chino.

"Creo que Cataluña está perdiendo su tradicional espíritu emprendedor"

"No dejo de ser un nuevo catalán. Bueno, en realidad, el catalán del futuro será como yo", dice sonriendo Dídac Lee un martes por la tarde, cuando aún le quedan unas pocas horas para ceder su galardón de Joven Empresario del Año, concedido en 2006 por la Asociación Independiente de Jóvenes Empresarios de Cataluña.

El núcleo de sus negocios es Intercomgi, una empresa incubadora de nuevos proyectos relacionados con Internet, de la que Lee se hizo cargo apenas cumplidos los 21 años. De Intercomgi cuelgan negocios exitosos como la tienda de productos de submarinismo online Scubastore; como Atraczion, que ayuda a posicionar páginas web en un buscador, o Spamina, compañía que ha lanzado un producto contra el invasivo spam o correo no deseado.

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En conjunto, sus negocios tienen unos ingresos cercanos a los seis millones de euros. Unos aún pierden dinero, otros ganan. Por el camino, ha lanzado al menos cinco proyectos que en su momento fracasaron. En realidad, Dídac Lee confiesa que, desde un primer crédito de 18.000 euros concedido por Caixa Catalunya que tanto hizo enfadar a unos padres deseosos de que su hijo terminara sus estudios universitarios, ha vivido endeudado hasta las cejas.

Lee identifica el arranque de su carrera profesional a los 10 años, cuando empezó a intercambiar juegos informáticos con otros niños. Asegura que de pequeño soñaba con ser futbolista, a poder ser del Barça. Pero, por encima de todo, subraya que lo más de lo más, para él, era imaginarse inventor. "Creo que al final lo he logrado. Inventar, crear cosas. Es lo que hago", dice.

Dídac sabe lo que son los premios y los galardones. En pocos meses, ha recibido el Premio al Mejor Joven Emprendedor Creativo de Cataluña 2007. Sobre él ha recaído también el Premio a la Mejor Iniciativa sobre el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), que le entregó el príncipe Felipe. Y, además, también se ha hecho con el trofeo que supone el Premio Carles Ferrer Salat al Empresario del Futuro de 2006, un reconocimiento de la patronal Fomento del Trabajo a su evidente talante visionario de las nuevas tecnologías. "Tantos premios a la misma persona es un mal síntoma", hace una mueca.

"Creo que Cataluña está perdiendo su tradicional espíritu emprendedor. Desde luego, comparados los catalanes con los chinos, no hay color. O tal vez me dan a mí los premios porque los emprendedores están escondidos y nadie les descubre", ironiza.

Para ser un emprendedor comme il faut, Lee desgrana tres requisitos. El primero, "el hambre, porque fomenta la creatividad". El segundo es "fracasar y saber aprender de un error". El tercero es "la humildad".

Cuando tenía 22 años, fingía ser un técnico de una empresa con filial en Girona. "Los clientes no hubieran tomado en serio a un chico, encima chino, si les hubiera dicho que era el presidente".

Dídac, que habla el español, el catalán, el inglés y el chino mandarín, no menciona una circunstancia que posiblemente también le ha ayudado. En su página web personal, Dídac confiesa que su profesión es ser adicto al trabajo. "En realidad, soy vago. Pero como me apasiona lo que hago no distingo el tiempo que dedico al trabajo del que no", se encoge de hombros.

Hay personas clave que se han cruzado en su trayectoria y le han ayudado a subir peldaños. El primero, Antonio González Barros, uno de los empresarios pioneros y de éxito sostenido en Internet, presidente del Grupo Intercom. Y los otros dos, Andreu Gil y Ramon Planes, a quienes conoció en una feria SIMO de informática y comunicaciones, y que se han convertido en sus "socios y amigos".

El presidente José Montilla se hizo una foto con el bebé de Dídac Lee cuando nació. La tiene colgada en su web. Pero dice que "nadie de la Generalitat me ha preguntado nunca mi opinión sobre cómo fomentar la cultura emprendedora".

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