El Gobierno estudia cinco posibles casos de lipoatrofia en su sede de San Sebastián

Los primeros diagnósticos en el sector público se suman a tres en un polígono de Amorebieta

El Servicio de Prevención de Riesgos del Gobierno está estudiando cinco casos de lipoatrofia semicircular detectados en la sede del Ejecutivo vasco en la calle Andia de San Sebastián. Una funcionaria comunicó a su médico que sufría molestias en las piernas y, al comentar en la oficina que le había sido diagnosticada lipoatrofia, cuatro compañeras comunicaron que tenían los mismos síntomas. Se trata de los primeros casos en el sector público vasco de una dolencia poco grave que afecta al personal de oficinas muy tecnificadas, con una atmósfera seca y electricidad estática.

El departamen...

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El Servicio de Prevención de Riesgos del Gobierno está estudiando cinco casos de lipoatrofia semicircular detectados en la sede del Ejecutivo vasco en la calle Andia de San Sebastián. Una funcionaria comunicó a su médico que sufría molestias en las piernas y, al comentar en la oficina que le había sido diagnosticada lipoatrofia, cuatro compañeras comunicaron que tenían los mismos síntomas. Se trata de los primeros casos en el sector público vasco de una dolencia poco grave que afecta al personal de oficinas muy tecnificadas, con una atmósfera seca y electricidad estática.

El departamento de Justicia,Empleo y Seguridad Social confirmó ayer que está en la fase de estudio de los primeros posibles casos de esa enfermedad profesional en el sector público. En el sector privado, CC OO informó en abril pasado de tres posibles casos en una zona de oficinas del polígono industrial de Boroa, en Amorebieta.

La lipoatrofia semicircular es un trastorno benigno y reversible que implica la pérdida de parte de tejido adiposo, graso, en la parte delantera de los muslos, por lo que afecta sobre todo a mujeres. Se manifiesta con pequeños hoyuelos en los muslos y se hizo conocida en España el pasado marzo, al sufrirla 165 trabajadores de Gas Natural en la nueva sede corporativa de la firma en Barcelona.

Aunque de momento no hay un protocolo de actuación concreto contra esta dolencia en la Administración vasca, es de suponer que va a seguir los pasos de la norma aprobada esta misma semana en Cataluña. Esa comunidad autónoma y su capital, Barcelona, han contabilizado ya más de 400 casos, entre ellos 124 trabajadores de La Caixa.

El Gobierno de Cataluña aprobó el protocolo con el fin de que tanto los médicos del trabajo como los técnicos de las mutuas y los servicios de prevención de las empresas y administraciones sepan qué hacer en caso de detectar esta enfermedad entre sus empleados. Las medidas a seguir elaboradas por la Generalitat empiezan por la exploración de la lesión para confirmar que se trata de lipoatrofia y la búsqueda de más casos en el entorno del afectado.

Al parecer, esa es la fase en la que se encuentra el Servicio de Prevención con los casos detectados en la sede del Gobierno en la calle Andía, a pesar de que a una de las funcionarias ya se lo diagnosticó con certeza su médico.

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El responsable de salud laboral de CC OO, Jesús Uzkudun, pidió a la Administración que se tome en serio el asunto, porque podrían aparecer nuevos casos entre el personal de Educación o Vivienda que trabaja en el edificio de la calle Andía. "El Ejecutivo debería aprobar un protocolo lo antes posible", pidió. Según las normas aprobadas en Cataluña, cuando se confirme un caso, la empresa debe de comunicarlo a la autoridad laboral, cause baja o no.

La comunicación a Osalan ya se ha hecho, según confirmaron sus responsables, y el Gobierno está a la espera del informe técnico para comprobar si hay más casos, ya que se considera brote cuando se detecta más de un diagnóstico de lipoatrofia en la misma empresa o edificio, en un periodo de entre uno y cuatro meses. De confirmarse que los cinco casos investigados son lipoatrofia semicircular, se estaría ante un brote, y sería necesario comunicarlo también a Sanidad.

Reformas en la oficina

Además de los problemas sanitarios para los afectados, la detección de la dolencia implica modificaciones de calado en el interior del edificio que alberga la oficina afectada. Las empresas, en este caso el Gobierno vasco, deberá modificar las condiciones de trabajo con especial vigilancia a los sistemas de humidificación, los materiales del suelo y el mobiliario, entre otras. El reconocimiento de la enfermedad profesional, que ya nadie cuestiona, es beneficioso para el trabajador, ya que permite que figure en el expediente del trabajador para cualquier posible evolución futura de la enfermedad, aunque se considera que se trata de una afección reversible y benigna.

La Caixa, que ha sido la entidad más reticente a considerarla enfermedad profesional, a pesar de las recomendaciones del Gobierno catalán, anunció el 30 de mayo que considerará "de manera provisional" los casos de lipoatrofia semicircular diagnosticados "como un accidente laboral leve, sin baja".

Edificio que alberga en San Sebastián a los departamentos de Educación y Vivienda.JAVIER HERNÁNDEZ

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