Un científico asegura que se pueden incinerar basuras sin contaminar ni poner en riesgo la salud de la población

El profesor Josep Rivera, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), aseguró ayer que la tecnología actual permite incinerar los residuos urbanos sin contaminar ni poner en riesgo la salud de la población, siempre que se lleve a cabo "un control continuado" de sus emisiones. El científico catalán, responsable del Laboratorio de Dioxinas del Instituto de Investigaciones de Química Orgánica, con sede en Barcelona, participó en un seminario sobre Conflicto Ambiental de los cursos de verano de la UPV en San Sebastián. El científico del CSIC, que ha dirigido varios estudios...

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El profesor Josep Rivera, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), aseguró ayer que la tecnología actual permite incinerar los residuos urbanos sin contaminar ni poner en riesgo la salud de la población, siempre que se lleve a cabo "un control continuado" de sus emisiones. El científico catalán, responsable del Laboratorio de Dioxinas del Instituto de Investigaciones de Química Orgánica, con sede en Barcelona, participó en un seminario sobre Conflicto Ambiental de los cursos de verano de la UPV en San Sebastián. El científico del CSIC, que ha dirigido varios estudios epidemiológicos acerca de los efectos que podrían tener sobre la salud ciertos niveles de dioxinas detectados en sangre, afirmó que si se respeta la normativa europea sobre incineradoras, la cual limita las emisiones de dichas sustancias tóxicas a la atmósfera a 0,1 nanogramos por metro cúbico, la actividad de este tipo de plantas no genera ningún riesgo. Sin embargo, advirtió de que esta normativa sólo exige uno o dos controles anuales de emisiones, cuando, a su juicio, los avances tecnológicos actuales posibilitan mediciones constantes.

"Creo que se ha llegado a un nivel tecnológico hoy en día, precisó, en que se puede conseguir incinerar sin contaminar el área donde está la incineradora, pero para ello hay que gestionarla y controlarla de una forma muy seria". En el caso del proyecto que afecta a Guipúzcoa, Rivera señaló que cree que incorpora la tecnología más moderna en este campo, la que se está usando en los países europeos más avanzados. Consideró por tanto que su construcción y puesta en marcha no entrañaría más riesgos que otro tipo de actividades humanas, "siempre y cuando las administraciones públicas se comprometan a hacer un control y seguimiento de la planta de forma continuada".

En su opinión, existen otras "vías más preocupantes" que la de la actividad incineradora por las que las dioxinas llegan al organismo humano, como es a través de los alimentos. También citó ciertas actividades industriales, como la fabricación de piensos para animales.

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