Orden de cierre para el asilo que ataba a los internos

Madrid niega el traslado a los ancianos y espera a que los familiares les saquen

La Comunidad de Madrid ordenó ayer el cierre cautelar del asilo privado Juan XXIII de Alcobendas después de que un video emitido en El programa de Ana Rosa, en Telecinco, muestra supuestos malos tratos a una veintena de los 65 ancianos que residen allí. Pero los internos seguían ayer en la residencia, que estaba abierta. El Gobierno regional no les trasladó de urgencia y espera a que los familiares saquen a los ancianos.

El vídeo rodado por Telecinco con cámara oculta mostraba a ancianos drogados con tranquilizantes; atados con sábanas a sillas de plásticos y rodeados de heces y ...

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La Comunidad de Madrid ordenó ayer el cierre cautelar del asilo privado Juan XXIII de Alcobendas después de que un video emitido en El programa de Ana Rosa, en Telecinco, muestra supuestos malos tratos a una veintena de los 65 ancianos que residen allí. Pero los internos seguían ayer en la residencia, que estaba abierta. El Gobierno regional no les trasladó de urgencia y espera a que los familiares saquen a los ancianos.

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El vídeo rodado por Telecinco con cámara oculta mostraba a ancianos drogados con tranquilizantes; atados con sábanas a sillas de plásticos y rodeados de heces y vómitos. Las supuestas vejaciones se han producido en la tercera planta de la residencia, donde están ingresados los ancianos con demencia e impedidos.

El Gobierno regional anunció ayer el cierre cautelar de la residencia. Pero ésta sigue funcionando. La Consejería de Asuntos Sociales no precisó cuánto tiempo se puede demorar el cierre y no tiene previsto trasladar de urgencia a los internos, sino que se ha puesto en contacto con las familias para que sean éstos los que saquen a los ancianos. A las 19.30, sólo un matrimonio había sacado del centro a una residente.

En Madrid hay 18.200 plazas de residencias (7.000 públicas y el resto privadas). Para controlarlas sólo hay ocho inspectores, según CC OO, y 25 según el Gobierno regional.

Los vecinos de la residencia denunciaron que durante años, el centro abrió en 1992, han escuchado "gritos de angustia". La docena de personas que acudieron ayer al centro tienen a sus familiares ingresados en la primera y segunda planta del edificio. Afirmaban que los internos están "perfectamente". "¡Ahora que hago yo con mi madre! Ella tiene 95 años y, claro...", se quejaba un familiar.

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