Tribuna:Inversión | CONSULTORIO

Inmobiliarias

Una intensa presión vendedora en las bolsas se ha llevado en la última semana más de un 4% de las cotizaciones, justo después de haber alcanzado un máximo histórico en el índice Ibex el viernes anterior. Los 15.544 puntos de ese máximo se han reducido hasta los poco más de 14.800 al cierre de la última semana, en que las pérdidas han sido generalizadas en el mundo, tras un renovado temor a que se produzcan repuntes en la inflación, lo que a su vez se ha traducido en importantes tensiones en las curvas de tipos de interés, en especial en sus tramos largos.

En todo caso, y sin menoscabo d...

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Una intensa presión vendedora en las bolsas se ha llevado en la última semana más de un 4% de las cotizaciones, justo después de haber alcanzado un máximo histórico en el índice Ibex el viernes anterior. Los 15.544 puntos de ese máximo se han reducido hasta los poco más de 14.800 al cierre de la última semana, en que las pérdidas han sido generalizadas en el mundo, tras un renovado temor a que se produzcan repuntes en la inflación, lo que a su vez se ha traducido en importantes tensiones en las curvas de tipos de interés, en especial en sus tramos largos.

En todo caso, y sin menoscabo de ese carácter general de los descensos, de nuevo éstos han sido en especial intensos en constructoras e inmobiliarias, desde el argumento de que unas y otra presentan una importante vulnerabilidad a las subidas de tipos de interés. Así, en las inmobiliarias se penaliza el potencial impacto adverso de las elevaciones de tipos sobre la demanda de viviendas; y en las constructoras su exposición a esas elevaciones de tipos, desde sus elevadas ratios de deuda.

Las constructoras españolas se han endeudado mucho, pero lo han hecho para diversificarse e internacionalizarse

Esa vulnerabilidad debe ser objeto de matización tanto en un caso como en otro. En el primero, el de las inmobiliarias, la demanda potencial de vivienda sigue existiendo en unos niveles cercanos a las 600.000 unidades anuales, y sólo si las elevaciones de tipos fuesen mucho más intensas y duraderas podría desaparecer esa demanda latente, que tiene un fuerte soporte en la demografía. En el segundo caso, el de las grandes constructoras españolas, es cierto que han incrementado su deuda en mucha mayor medida que sus homólogas europeas, pero ha sido para llevar a cabo inversiones estratégicas de diversificación e internacionalización, que son el mejor antídoto contra una hipotética saturación del mercado español.

Por todo ello, parece excesivo el castigo sufrido en Bolsa por el sector de constructoras e inmobiliarias, cuyo indicador sintético (elaborado por AFI) acumula una caída cercana al 20% en los tres últimos meses.

Ángel Berges y Daniel Suárez son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).

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