Reportaje:Elecciones 27M

Una campaña lejos de Madrid

Los candidatos catalanes se centran en asuntos locales y rehúyen polémicas de ámbito español

Los enredos de la política vasca no pueden con el drama de la vivienda ni la corrupción marbellí logra ocultar que faltan guarderías públicas. La campaña catalana está más lejos que nunca de la que se vive en el resto de España. Los primeros cinco días de sprint electoral han dado portazo a las polémicas que suelen enfrentar a los políticos y han dado alas a debates estrictamente locales. Vivienda, servicios sociales y seguridad han copado el discurso de los candidatos. La inmigración y el islamismo, que para algunos es casi lo mismo, han sido la excepción a este guión de campaña. Eso s...

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Los enredos de la política vasca no pueden con el drama de la vivienda ni la corrupción marbellí logra ocultar que faltan guarderías públicas. La campaña catalana está más lejos que nunca de la que se vive en el resto de España. Los primeros cinco días de sprint electoral han dado portazo a las polémicas que suelen enfrentar a los políticos y han dado alas a debates estrictamente locales. Vivienda, servicios sociales y seguridad han copado el discurso de los candidatos. La inmigración y el islamismo, que para algunos es casi lo mismo, han sido la excepción a este guión de campaña. Eso sí, los candidatos apenas se han despeinado: la campaña está presidida por el debate de guante blanco.

Los responsables de campaña de los partidos catalanes se quejan de que no hay ambiente electoral. El motivo de esta apatía, dicen, es que las elecciones autonómicas ya han pasado y que los ciudadanos afrontan empachados la tercera campaña electoral en menos de un año.

Ante este panorama no caben grandes debates ideológicos. Los avatares que centraron la larga y difícil negociación del Estatuto han sido olvidados de forma premeditada. Mucho menos espacio hay para reproducir en lo local los crispados debates de la política nacional. Ni terrorismo, ni ilegalización de partidos ni corrupción a gran escala parecen tener cabida en esta campaña. Los candidatos también están evitando los agrios enfrentamientos de otras campañas. Todos dicen querer frenar la sensación de los ciudadanos de que los políticos sólo saben pelearse.

Los grandes beneficiarios de este clima son los partidos del Gobierno catalán, ávidos de paz y sosiego. El Partit dels Socialistes (PSC), Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa (ICV) están encantados. "Estas son unas elecciones municipales y nos hemos propuesto hablar sólo de asuntos locales", explica un dirigente del PSC. Y añade: "No nos dejaremos tentar por las polémicas que provoquen Convergència i Unió [CiU] y el Partido Popular. Si están frustrados por lo que pasó en las elecciones de noviembre, que esperen a las próximas autonómicas".

CiU lo lleva peor, de ahí que haya optado por la gesticulación con denuncias de una supuesta eclosión del yihadismo en Cataluña. El tripartito, que no las fuerzas de seguridad del Estado competentes en la materia, sería el responsable de tan peligroso auge, según el líder de CiU. Mas ha intentado abrir un segundo flanco. El líder de CiU defiende que estas municipales deben ser para los nacionalistas "el primer paso para recuperar la Generalitat". Nadie le ha seguido en este discurso.

Tampoco ha hallado Mas grandes apoyos en las filas de su partido, más preocupado por mantener sus feudos municipales que por las elecciones de 2010. Ni siquiera Josep Antoni Duran Lleida ha echado un capote a Mas. Todo lo contrario. El líder de Unió recordó ayer que éstas son unas elecciones locales y que así debe reflejarse en el discurso. Duran lo dijo en referencia a las batallas dialécticas de PP y PSOE a escala nacional, pero sólo un día después de que Artur Mas abogará por recuperar la Generalitat desde los ayuntamientos.

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El Partido Popular de Cataluña también ha evitado dejarse arrastrar por el discurso de sus líderes nacionales. Alberto Fernández Díaz no ha hecho ni una sola referencia a ETA, a Batasuna o a la ilegalización de Acción Nacionalista Vasca en su campaña barcelonesa.

Pero todo puede cambiar en pocos días. Mañana llega Mariano Rajoy a Barcelona. El presidente del PP protagonizará el mitin central de campaña de Alberto Fernández. Habrá que ver si el candidato por Barcelona evita sumarse al discurso de su líder para llevarse los aplausos del público.

El socialista Jordi Hereu tendrá un reto similar la próxima semana. José Luis Rodríguez Zapatero acudirá a Barcelona el penúltimo día de campaña. El plan está trazado y los socialistas esperan evitar que el discurso de Zapatero oculte por completo al de Hereu.

Alberto Fernández Díaz (PP) en el Carmel, donde espera captar voto de desencantados con la izquierda.C. RIBAS

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