Las huelgas en la sanidad obligan a aplazar el 10% de las operaciones previstas

Los sindicatos seguirán con las movilizaciones mientras no se reabra la negociación

Los conflictos laborales en el Sergas pusieron ayer a prueba la paciencia de los ciudadanos. Los viajes en vano a hospitales y ambulatorios y la imposibilidad de obtener una cita se repitieron en toda Galicia. Los paros, que afectaban a personal administrativo, técnicos sanitarios y médicos interinos, obligaron a suspender 331 consultas y 90 operaciones, lo que supone casi el 10% de las intervenciones previstas. Hoy sigue la huelga de los facultativos de hospital, ya de manera indefinida. El Sergas no prevé de momento sentarse a negociar con ninguno de estos colectivos.

Josefa Abejón es...

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Los conflictos laborales en el Sergas pusieron ayer a prueba la paciencia de los ciudadanos. Los viajes en vano a hospitales y ambulatorios y la imposibilidad de obtener una cita se repitieron en toda Galicia. Los paros, que afectaban a personal administrativo, técnicos sanitarios y médicos interinos, obligaron a suspender 331 consultas y 90 operaciones, lo que supone casi el 10% de las intervenciones previstas. Hoy sigue la huelga de los facultativos de hospital, ya de manera indefinida. El Sergas no prevé de momento sentarse a negociar con ninguno de estos colectivos.

Josefa Abejón esperó un año para conseguir una consulta con el neurólogo en el Hospital Clínico de Santiago y el 29 de marzo llegó su ansiado turno. Mal día. Tras viajar 40 kilómetros desde su casa en Lousame en compañía de su hija, no fue atendida porque el médico, interino, estaba en huelga. La nueva cita, afortunadamente, no se demoró mucho.

Josefa volvió a recorrer ayer la misma distancia pero, en el colmo de la mala suerte, tampoco le vio la cara al doctor porque, una vez más, estaba secundando otro paro. Nadie tuvo el detalle de avisarla. "Yo lo único que pido es un mínimo de respeto", afirma la hija de Josefa, indignada, tras poner una reclamación, "una llamadita, por favor".

Historias como las de Josefa y su hija son las que escucharon durante toda la jornada los responsables de las oficinas de atención al paciente de los ambulatorios y hospitales de Galicia. Esmeralda, que recibe las quejas en el Centro de Especialidades de O Ventorrillo, en A Coruña, explica que a los usuarios del Sergas que pierden sus citas por culpa de las huelgas se les suele "buscar huecos" para que no reinicien la espera al final de la cola, aunque no siempre es posible.

Ayer en O Ventorrillo no se daba ninguna cita, sólo "volantes urgentes". Una auxiliar administrativa en servicios mínimos repitió durante toda la mañana el clásico "vuelva usted mañana, a las ocho y media". Los pacientes no le respondían precisamente con una sonrisa. "Con que uno te la monte ya llega", se quejaba la trabajadora. Hay quien reclamó que le pagasen la carrera del taxi que le llevó al centro inútilmente.

Según el Sergas, la huelga fue secundada sólo por un 24% de los médicos interinos de hospital y un 26% del personal administrativo y sanitario de FP. Los organizadores de las protestas sostienen que el seguimiento estuvo entre el 70% y al 80%. De lo que no hay cifras es del número de profesionales que están de acuerdo con las demandas sindicales.

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Luisa Taboada, celadora del Clínico de Santiago, fue ayer a trabajar pese a apoyar las reivindicaciones de sus representantes. Su nómina no le permite el lujo de protestar. Cada jornada de paro le cuesta 80 euros, dice, y un salario de 900 euros no da para mucho. Es el caso de mucho de sus compañeros. Con todo, Luisa lamenta que estas movilizaciones no comenzaran cuando el PP estaban en la Xunta y el problema ya existía. "La gente aquí tiene miedo a manifestarse cuando está el PP en el Gobierno", afirma.

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