Condena por la muerte de un hombre por un infarto que no diagnosticó el 061

La Sección Octava del Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha condenado en firme al Servicio Madrileño de Salud (Sermas) al pago de una indemnización de 46.000 euros a los familiares de Víctor Ledesma Gallegos, de 66 años, que murió en 2001 tras sufrir un infarto de miocardio. Esta dolencia no le fue diagnosticada por los facultativos del Summa-061, pese a que requirió varias veces sus servicios por los dolores tan agudos que sufría.

La sentencia, de la que informó ayer la asociación El Defensor del Paciente, recoge que sobre las 22.00 del 15 de marzo de 2001, el paciente sufría un f...

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La Sección Octava del Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha condenado en firme al Servicio Madrileño de Salud (Sermas) al pago de una indemnización de 46.000 euros a los familiares de Víctor Ledesma Gallegos, de 66 años, que murió en 2001 tras sufrir un infarto de miocardio. Esta dolencia no le fue diagnosticada por los facultativos del Summa-061, pese a que requirió varias veces sus servicios por los dolores tan agudos que sufría.

La sentencia, de la que informó ayer la asociación El Defensor del Paciente, recoge que sobre las 22.00 del 15 de marzo de 2001, el paciente sufría un fuerte dolor en el pecho, por lo que su familia llamó al 061. Tras ser atendido por un médico, fue remitido al hospital Gregorio Marañón. Allí fue dado de alta a las pocas horas, sin que fuera reconocido por ningún cardiólogo y sin acordar un periodo de observación.

El 18 de marzo de 2001, se repitieron los dolores, acompañados de vómitos, dificultades respiratorias y ansiedad. Acudió otro facultativo del 061, al que la familia mostró los informes y las pruebas de los días anteriores. El médico, según la sentencia, no realizó ningún electrocardiograma para descartar una patología cardiaca ni recomendó su traslado a un centro hospitalario.

A las dos horas de la visita del médico, Victor Ledesma empeoró, por lo que su familia decidió trasladarlo al hospital Gregorio Marañón. Tras una primera parada cardiorrespiratoria y las oportunas maniobras de reanimación, se certificó su fallecimiento a las 19.15, como consecuencia de un fallo cardiaco en el curso de un infarto agudo de miocardio y en el contexto de una cardiopatía isquémica.

"Está muy clara la existencia de un nexo casual entre la mala atención médica, como consecuencia del funcionamiento anormal de la administración sanitaria y el fallecimiento de la persona por la que se ha solicitado aquí la responsabilidad", recoge la sentencia.

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