Reportaje:

"Todos queremos pólvora"

La polémica por la prohibición a los menores de tirar petardos marca los primeros actos de las Fallas de Valencia

Las Fallas de Valencia arrancaron ayer pendientes de la moratoria que estudia el Gobierno al nuevo reglamento de explosivos, que prohíbe a los menores de 12 años comprar y tirar petardos. La medida ha levantado una auténtica polvareda entre los falleros, que consideran atacada la esencia de la fiesta. Sin embargo, la despertà celebrada ayer en el centro de la ciudad resonó atronadora y entre la alegría y el entusiasmo de mayores y de niños. La moratoria no fue tema. Lanzó petardos el que quiso, después de que la Junta Central Fallera, cuyo presidente ejecutivo es el concejal de Fiestas,...

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Las Fallas de Valencia arrancaron ayer pendientes de la moratoria que estudia el Gobierno al nuevo reglamento de explosivos, que prohíbe a los menores de 12 años comprar y tirar petardos. La medida ha levantado una auténtica polvareda entre los falleros, que consideran atacada la esencia de la fiesta. Sin embargo, la despertà celebrada ayer en el centro de la ciudad resonó atronadora y entre la alegría y el entusiasmo de mayores y de niños. La moratoria no fue tema. Lanzó petardos el que quiso, después de que la Junta Central Fallera, cuyo presidente ejecutivo es el concejal de Fiestas, Félix Crespo, desviara la responsabilidad del uso de la pólvora a los padres de los menores, previa autorización expresa. En el caso del tro de bac, como en otros años, regía la prohibición de uso a menores de 18 años, pero los falleros infantiles no se privaron de tirar otro tipo de petardos.

La despertà inauguró una jornada de actos marcados por el ruido y el olor a pólvora en el centro de la ciudad -con mascletà a las dos en la plaza del Ayuntamiento-, que culminó a última hora de la tarde con la tradicional cridà. Amenazaba el cielo con deslucir el acto, como ocurrió el año pasado, cuando miles de falleros se reunieron en torno al escenario levantado en las torres de Serranos para escuchar el llamamiento de su fallera mayor a participar en las fiestas. Hubo suerte ayer y el anuncio se celebró con los paraguas cerrados.

La alcaldesa, Rita Barberá, encargada de entregar las llaves de la ciudad a la fallera mayor, Marta Reglero, no dejó pasar la ocasión para abanderar la protesta contra el reglamento de explosivos aprobado por el Gobierno socialista, al que ya acusó el sábado de retrasar intencionadamente la respuesta a la petición de moratoria para agriar la fiesta a los valencianos. En valenciano, Barberá gritó al público: "¡Tots volem pólvora, i per als xiquets també!". Hubo aplausos y sonrisas en una tribuna a rebosar de falleras, concejales del Ayuntamiento y el presidente del Consell, Francisco Camps.

Marta Reglero, sonriente y tranquila, se apartó de la polémica e invitó "a todo el mundo a venir a Valencia" para vivir la fiesta del fuego y del olor a pólvora. Reglero optó por las referencias a la cultura del Mediterráneo, a la ciudad "entre naranjos y marjales", y para regocijo de la alcaldesa, del mundo marinero y del viento que agita la marina y la Copa del América.

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