Tres años a la sombra

A Santa, el personaje que interpreta Javier Bardem en Los lunes al sol, le condenaron a pagar 8.000 pesetas por romper una farola durante una manifestación. A Cándido González y a Juan Manuel Martínez Morala, dos de los sindicalistas asturianos que inspiraron la película, a tres años de cárcel por romper el sistema de control de una cámara de vigilancia. La realidad ha superado una vez más a la ficción.

Los fantasmas del paro y los expedientes de regulación han alimentado las movilizaciones de los trabajadores de los astilleros desde los años ochenta. Cándido y Morala están orgul...

A Santa, el personaje que interpreta Javier Bardem en Los lunes al sol, le condenaron a pagar 8.000 pesetas por romper una farola durante una manifestación. A Cándido González y a Juan Manuel Martínez Morala, dos de los sindicalistas asturianos que inspiraron la película, a tres años de cárcel por romper el sistema de control de una cámara de vigilancia. La realidad ha superado una vez más a la ficción.

"No rompimos la cámara, pero jamás diremos quién o quienes fueron", dicen los sindicalistas

Los fantasmas del paro y los expedientes de regulación han alimentado las movilizaciones de los trabajadores de los astilleros desde los años ochenta. Cándido y Morala están orgullosos de haber dado siempre la cara al frente de la Corriente Sindical de Izquierdas. De ser dos personas "incómodas, críticas". Tanto que les han querido "quitar de en medio". No encuentran otra manera de explicar su "terrible" condena.

El 10 de marzo de 2005, unos 200 empleados de Naval Gijón se volvían a echar a la calle. En el transcurso del acto, alguien destrozó una cámara que había frente a la entrada del astillero, teóricamente para controlar el tráfico. "En realidad vigilaba a los trabajadores, por eso la rompieron". El Ayuntamiento de Gijón denunció los hechos. "La primera vez que lo hacen en 30 años de reconversión, y eso que se han llegado a quemar autobuses", asegura Cándido. Él y Morala fueron las "cabezas de turco".

"Nosotros no rompimos la cámara, pero jamás diremos quién o quiénes fueron". Todos los trabajadores decidieron autoinculparse. El Ayuntamiento, gobernado por el PSOE e IU, nunca retiró la denuncia. "No lo hicieron porque no esperaban que la condena fuese tan dura", cree Morala, que critica el "cinismo" de la sociedad. "Al que destroza el medio ambiente para construir edificios no le pasa nada, pero a quien pega una patada a una cámara le caen tres años de cárcel".

Sus voces no tiemblan a la hora de decir que se sienten "víctimas de una persecución, de un montaje policial, de un linchamiento moral" por parte de Naval Gijón, del Ayuntamiento y del Gobierno de Asturias. Por ello agradecen todas las muestras de apoyo recibidas. "Es lo que nos da moral", asegura Cándido.

Una de las personas que se han implicado en favor de los dos sindicalistas ha sido el propio director de Los lunes al sol, Fernando León de Aranoa. "Nos ha apoyado en todo momento, incluso antes de que empezase el juicio". El contacto con el cineasta es permanente. Creen que está al tanto de la sentencia pero todavía no se ha puesto en contacto con ellos. "Supongo que nos llamará pronto", dice Morala

Fernando León les conoció cuando viajó a Gijón para vivir en carne propia la lucha de los trabajadores del astillero. La cinta incluye diálogos reales de algunas de las muchas asambleas que se celebraron por aquel entonces. "Nos sentimos orgullosos de que haya una película que haga referencia a un problema de todos como es el paro", afirma Cándido.

Morala cree que Los lunes al sol refleja "perfectamente" la situación que se vive en Asturias. "Antes era una zona muy industrial que generaba trabajo; ahora la gente emigra a Madrid y a Cataluña".

Los primeros en marcharse son jóvenes como la hija de Morala, "una guaja de 17 años". Le pregunta constantemente a su padre si irá o no a la cárcel. La respuesta siempre es negativa. Morala, al igual que Cándido, confía en que la justicia admita el recurso que han presentado ante la Audiencia Provincial. "Y si hace falta iremos al Supremo y al Constitucional".

En caso de tener que ir a prisión no dudan en que lo harán con la cabeza alta. "La cárcel es dura, le tenemos respeto, pero si tenemos que ir por defender nuestro puesto de trabajo no nos avergonzamos: es un honor".