Calderón tranquiliza a los inversores españoles en México

El presidente mexicano inaugura en Madrid "una etapa de relaciones aún más hondas"

Felipe Calderón, el nuevo presidente de México, proclamado el pasado diciembre, insistió ayer en que mantendrá todo el apoyo de su país a la política antiterrorista del Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero tras el inicio de "una nueva etapa" en la que "ahondaremos aún más", dijo, en unas relaciones que tienen otros campos señeros en la economía, la cultura y la política iberoamericana. Además de presentarse así a las autoridades españolas, Calderón cumplió otro objetivo básico: tranquilizar a los empresarios españoles sobre la situación mexicana.

"Ha transmitido al país lo que ya se...

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Felipe Calderón, el nuevo presidente de México, proclamado el pasado diciembre, insistió ayer en que mantendrá todo el apoyo de su país a la política antiterrorista del Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero tras el inicio de "una nueva etapa" en la que "ahondaremos aún más", dijo, en unas relaciones que tienen otros campos señeros en la economía, la cultura y la política iberoamericana. Además de presentarse así a las autoridades españolas, Calderón cumplió otro objetivo básico: tranquilizar a los empresarios españoles sobre la situación mexicana.

"Ha transmitido al país lo que ya se conocía, que, tras dos meses de presidencia, todas las incertidumbres que el país generó tras las elecciones han desaparecido, y los grandes inversores tienen una visión muy positiva", declaró Javier Gómez Navarro, presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, tras un desayuno con el presidente mexicano, al que acudieron directivos de grandes empresas que han invertido en México más de 15.000 millones de euros, como Telefónica, BBVA, Grupo Santander, Cepsa, Gas Natural o Endesa.

La última contienda electoral, que dejó a Calderón muy cerca del empate virtual con su contendiente, el populista Andrés Manuel López Obrador, degeneró en la autoproclamación de este último como presidente y abrió una situación de inestabilidad sin precedentes en la historia reciente mexicana.

Agradecimientos mutuos

El presidente electo agradeció ayer expresamente a Zapatero el apoyo que le prestó desde el primer momento de aquellos incidentes que hoy considera superados. Y el presidente español recordó la generosidad con la que México acogió en su día a exiliados políticos e inmigrantes económicos españoles. "México se portó muy bien, y quiero reiterar nuestro agradecimiento", dijo Zapatero, en rueda de prensa.

El mexicano, por su parte, ha expuesto en Madrid que su Gobierno se guiará por el respeto a los derechos del inversor, la seguridad jurídica y la libertad de mercado, salvo en el terreno de los hidrocarburos, que están nacionalizados por la Constitución mexicana. Calderón dijo expresamente que no había abordado con Zapatero el futuro de las relaciones entre Repsol-YPF y PEMEX, la empresa estatal que gestiona el petróleo en su país. México es el único proveedor energético con el que España mantiene un cómodo saldo comercial positivo.

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En relación con la lucha antiterrorista, el presidente mexicano, que también se entrevistó con el líder del PP, Mariano Rajoy, declaró: "Respeto y respaldo al Gobierno español en la lucha y las acciones que ha emprendido para traer la paz a España", y reiteró dicho respeto hacia "la gravedad de la responsabilidad [asumida por el presidente Zapatero] sobre un tema tan complicado".

Calderón situó la cooperación de su país siempre dentro de los límites de la ley mexicana, que en un caso reciente impidió la extradición de un etarra, pero que, desde el año 1995, ha favorecido la entrega a España de 23 terroristas. No contempló la posibilidad de reformar o agilizar dicha legislación, y tampoco Zapatero aludió a este tema, más que para agradecer a los mexicanos la colaboración ya prestada. A día de hoy, según fuentes gubernamentales, no hay en México ningún terrorista de ETA pendiente de extradición.

Además de la cultura, donde las dos partes acordaron crear en México un gran centro de Iberoamérica, la tercera gran pata de las relaciones hispano-mexicanas es la política iberoamericana estructurada sobre el eje de las cumbres, de las que ambos países fueron los promotores. Zapatero y su huésped se comprometieron a trabajar conjuntamente por la integración de América Latina, tarea que el español consideró imprescindible en un mundo globalizado.

Calderón se refirió en ese contexto a su polémica con el presidente venezolano, Hugo Chávez, que respondió hoscamente a las críticas a sus planes de renacionalizar empresas, lanzadas por el mexicano en el Foro de Davos.

Unidad y sensatez

Aseguró que, en su opinión, Venezuela, Cuba o Bolivia enriquecen de "pluralismo" a América Latina, pero pidió un "entendimiento en la unidad" por encima de las diferencias y, sobre todo, que éstas se expongan "con sensatez" y sin beligerancia.

Zapatero reiteró que el diálogo es indispensable, dado que todas las opciones políticas latinoamericanas que se plantean hoy proceden de Gobiernos surgidos democráticamente por las urnas.

En esas condiciones, el presidente español se mostró convencido de que "México tiene el liderazgo político en Iberoamérica, y va a seguir teniéndolo en la nueva etapa". Calderón se comprometió, a su vez, a construir con España "una unión clara, fuerte, firme que pueda enfrentar los retos del futuro".

Tras unos años en los que los contactos bilaterales han sido escasos por diversas circunstancias, el presidente mexicano invitó ayer a visitar su país a los Reyes y al presidente Zapatero, sobre quien dijo: "Espero que venga hacia el próximo verano".

Felipe Calderón (izquierda) y José Luis Rodríguez Zapatero.LUIS MAGÁN

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