Movilizaciones en la sanidad pública

"Espero seis meses para el especialista"

Cerca de 10.000 sindicalistas, políticos, sanitarios y usuarios de los hospitales y ambulatorios madrileños, según los cálculos de este periódico, desfilaron ayer por el paseo del Prado y la calle de Alcalá para decirle a la presidenta Esperanza Aguirre y a su consejero de Sanidad, Manuel Lamela, que hasta aquí hemos llegado; que están en contra de la privatización de la gestión de los hospitales; y que el sistema sanitario madrileño ha sufrido un deterioro paulatino en los últimos años.Aparte del baile de cifras habitual -los sindicatos convocantes, UGT y CC OO vieron 40.000 almas, mientras q...

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Cerca de 10.000 sindicalistas, políticos, sanitarios y usuarios de los hospitales y ambulatorios madrileños, según los cálculos de este periódico, desfilaron ayer por el paseo del Prado y la calle de Alcalá para decirle a la presidenta Esperanza Aguirre y a su consejero de Sanidad, Manuel Lamela, que hasta aquí hemos llegado; que están en contra de la privatización de la gestión de los hospitales; y que el sistema sanitario madrileño ha sufrido un deterioro paulatino en los últimos años.Aparte del baile de cifras habitual -los sindicatos convocantes, UGT y CC OO vieron 40.000 almas, mientras que la policía no contó más que 3.000-, los que se manifestaron desde Neptuno hasta Sevilla coincidían en todo lo demás. Miles de personas con chalecos rojos, que llevaban los de CC OO, y verdes, los de UGT, portando un mar de pancartas rojas criticaban la política de Lamela. Una voz rasgada megáfono en ristre aseguraba que lo público es de todos y preguntaba de quién es lo privado. "De Aguirre", respondían.

En la cabecera, los nombres más conocidos de los partidos de la oposición y los sindicatos: el secretario general de los socialistas, Rafael Simancas, y su portavoz en la capital, Óscar Iglesias, y Fernando Marín, coordinador de IU, llevaban la pancarta central al lado de los líderes sindicales. Un chico vestido de carta en la que se leía: "Lista de Espe-ra" bailaba al ritmo de un grupo de percusionista que amenizaba la protesta.

Detrás de los prebostes, los ciudadanos anónimos. Rosa, trabajadora social en dos centros de Leganés, decía que padece el deterioro de la calidad de los centros sanitarios. "En mi ambulatorio interesa ahora que los números estén bien, que atendamos a muchas personas; pero no que esa atención sea de calidad". Manuel, que como paciente lo ve desde el otro lado, está de acuerdo: "Antes, cualquier especialista te daba cita en dos meses; ahora tengo que esperar más de seis".

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