La Generalitat apoya la expansión de las aerolíneas de Star Alliance frente a Iberia

Las compañías supeditan su plan a lograr una posición preeminente en la nueva terminal

El Gobierno catalán ha recibido como agua de mayo el ambicioso plan de expansión de las compañías aéreas de Star Alliance -agrupación que incluye a Spanair y Lufthansa, entre otras- en El Prat y lo ha presentado como síntoma inequívoco del "buen momento" por el que atraviesa el aeropuerto barcelonés, pese al repliegue parcial anunciado por Iberia, duramente criticado por la clase política. Star Alliance quiere convertir Barcelona en su centro neurálgico para el sur de Europa, pero no gratis. Lo condiciona a una posición preeminente en la nueva Terminal Sur. La Generalitat arropó ayer a estas a...

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El Gobierno catalán ha recibido como agua de mayo el ambicioso plan de expansión de las compañías aéreas de Star Alliance -agrupación que incluye a Spanair y Lufthansa, entre otras- en El Prat y lo ha presentado como síntoma inequívoco del "buen momento" por el que atraviesa el aeropuerto barcelonés, pese al repliegue parcial anunciado por Iberia, duramente criticado por la clase política. Star Alliance quiere convertir Barcelona en su centro neurálgico para el sur de Europa, pero no gratis. Lo condiciona a una posición preeminente en la nueva Terminal Sur. La Generalitat arropó ayer a estas aerolíneas y, aunque no tiene competencias, les garantizó espacio suficiente.

Hasta nueve personas comparecieron ayer ante los medios de comunicación. A la rueda de prensa de un grupo de empresas para explicar sus planes de expansión, acudieron representantes del Ayuntamiento, de la Generalitat y de la Cámara de Comercio, que forman parte junto a Aena de un comité de rutas para potenciar El Prat y que coparon buena parte de la exposición. Las respuestas de los empresarios se vieron continuamente aderezadas por los comentarios de los políticos, siempre con ideas que les parecía conveniente añadir a las palabras del presidente de Spanair, Gonzalo Pascual, y el presidente de la alianza, Jaan Albrecht.

El secretario general de Transportes de la Generalitat, Manuel Nadal, se mostró pletórico: "El Prat está en un buen momento, con tasas de crecimiento del 10%", señaló, y aseguró que el proyecto de la mayor alianza de aerolíneas "es una gran oportunidad para Barcelona, para convertirse en la puerta de entrada del sur de Europa".

Star Alliance quiere convertir Barcelona en un centro de distribución de rutas e incorporar más de una veintena de nuevas conexiones hasta 2010, con vuelos a Casablanca, Argel, Trípoli, Moscú, San Petesburgo, Dubai o Bangkok, entre otros. Este crecimiento permitirá a Spanair convertirse en el primer operador español en El Prat, frente a Iberia. Para ello, el presidente de Spanair -compañía que forma parte de la alianza y que liderará el crecimiento- recalcó que resulta "absolutamente necesario" contar con unas infraestructuras adecuadas en la nueva terminal, operativa en 2008. Y estas infraestructuras que demandan incluyen al menos 60 mostradores, ubicación central en el áerea de facturación y puertas de embarque en la zona norte.

Espacio condicionado

El reparto del espacio de la Terminal Sur de El Prat corresponde a la Administración central, pero ayer la Generalitat se sintió partícipe de este proceso y no dudó en garantizar a Star Alliance que podrá satisfacer sus demandas de instalaciones en el aeropuerto barcelonés. "Ya se está trabajando en la distribución de la nueva terminal, en una propuesta entre Aena y el Comité de rutas que será equitativa", destacó Nadal, quien agregó que la decisión se decantará por aquellas compañías "que apuesten claramente" por Barcelona.

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El consejero de Medio Ambiente y Vivienda, Francesc Baltasar, también dio un paso al frente y aseguró que el Gobierno catalán pondrá "todos los medios que sean necesarios" para facilitar la instalación del centro de operaciones de Star Alliance.

Lo que no está supeditado a la nueva terminal son los planes de Spanair para construir en El Prat un hangar de mantenimiento con capacidad para 80 aviones, que supondrá una inversión de entre 10 y 12 millones. Se añadirá al que proyecta construir Iberia en Barcelona, de 26.000 metros cuadrados.

Ayer, el director del aeropuerto de Barcelona, Ferran Echegaray, calculó un plazo. "Todas las compañías desarrollan una estrategia de futuro, se están analizando todas las posibilidades y en unos cuatro meses habrá un resultado". En el caso de la nueva Terminal 4 de Barajas, el proceso para repartir la terminal resultó espinoso, dado el interés de las compañías por crecer en el aeropuerto madrileño.

El presidente de Star Alliance, Jaan Albrecht, a la derecha, y el presidente de Spanair, Gonzalo Pascual, ayer.EFE

LAS AEROLÍNEAS PIDEN UNA UBICACIÓN CONJUNTA EN LA T-SUR

Ubicación central en la terminal.

Al menos 60 mostradores de facturación.

Puertas de embarque situadas en la zona norte con entre 20 y 25 puestos.

Área de control de seguridad en un lugar cercano exclusivamente para vuelos a Madrid.

Oficinas de ventas conectadas con el área de facturación.

Sala VIP con al menos 800 metros cuadrados en la zona norte.

"No formulen más esa pregunta, habrá espacio para todos"

El presidente de Spanair, Gonzalo Pascual, fue claro a la hora de explicar que los planes de crecimiento de las compañías de Star Alliance están condicionados a que puedan contar con las infraestructuras que han pedido en la nueva Terminal Sur de El Prat: "Necesitamos esas infraestructuras. Si no, creceremos más o menos, pero no desarrollaremos las potencialidades de las que hoy estamos hablando".

Pascual se pronunció en este sentido a preguntas de la prensa. Desde la Generalitat, Manel Nadal metió baza para reprender a los periodistas por ello: "Están haciendo unas preguntas que van en sentido contrario a la rueda de prensa de hoy. Yo no me atrevería a preguntar esto. No formulen más esa pregunta, habrá espacio para todos", recalcó el secretario de Movilidad de la Generalitat.

Espacio, hay. La nueva terminal de El Prat contará con una superficie de 525.500 metros cuadrados, lo que viene a ser unas ochenta veces el Camp Nou, frente a los 121.600 metros cuadrados con que cuenta la Terminal Norte.

Pero el alcalde de El Prat, Lluís Tejedor, lanzó ayer una primera advertencia: el Ayuntamiento no permitirá que las instalaciones afecten "ni un palmo más" de terrenos. "Ya hemos cumplido con nuestra parte de solidaridad", afirmó Tejedor, quien defendió optimizar al máximo las posibilidades que brindará el futuro aeropuerto cuando acaben las obras de la nueva terminal, informa Glòria Ayuso.

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