Reportaje:

Alta tecnología... de hace 2.100 años

Unos científicos desvelan cómo funcionaba una calculadora astronómica griega

"Este instrumento es extraordinario, algo único: el diseño es hermoso, el cálculo astronómico exacto y la forma en que está diseñado y construido te deja boquiabierto. Quienquiera que lo hizo, lo hizo extremadamente bien", dice Mike Edmunds, científico de la Universidad de Cardiff (Reino Unido) y se refiere a una calculadora astronómica cuyos restos aparecieron en 1901 en el mar, entre los restos de un naufragio en la costa de una isla griega. El artefacto, llamado Mecanismo de Antikythera por el islote donde apareció, tiene unos 2.100 años de antigüedad y los expertos aseguran que nadie creó ...

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"Este instrumento es extraordinario, algo único: el diseño es hermoso, el cálculo astronómico exacto y la forma en que está diseñado y construido te deja boquiabierto. Quienquiera que lo hizo, lo hizo extremadamente bien", dice Mike Edmunds, científico de la Universidad de Cardiff (Reino Unido) y se refiere a una calculadora astronómica cuyos restos aparecieron en 1901 en el mar, entre los restos de un naufragio en la costa de una isla griega. El artefacto, llamado Mecanismo de Antikythera por el islote donde apareció, tiene unos 2.100 años de antigüedad y los expertos aseguran que nadie creó algo tan complicado en al menos mil años más.

La verdad es que no se sabe quien hizo el Mecanismo de Antikythera ni si esa tecnología estaba difundida hace más de 2000 años, pero ahora que los científicos han descifrado su funcionamiento asombra su alto nivel tecnológico.

Se trata de una calculadora astronómica, dicen los científicos, con al menos 37 ruedas dentadas de precisión, hechas de bronce, con el que se podría calcular con sorprendente exactitud posiciones y movimientos astronómicos, recrear la órbita irregular de la Luna y, tal vez, incluso predecir la posición de planetas.

El Mecanismo de Antikythera ahora es un conjunto de 82 fragmentos de bronce hallados por unos buscadores de esponjas en un barco romano naufragado, probablemente procedente de Creta. El artefacto originalmente iba en una caja de madera de unos 31x19x10 centímetros, con dos tapas llenas de inscripciones. Está en el Museo Nacional de Arqueología de Atenas. Había sido estudiado con anterioridad, pero ahora, un equipo británico, griego y estadounidense, dirigido por Edmunds y T.Freeth, ha aplicado técnicas modernas, para desentrañar sus secretos. Publican hoy su trabajo en la revista Nature. Al estudiar los fragmentos y las piezas oxidadas con tomografía de rayos X de alta precisión han llegado a la conclusión de que se trata de una especie de calculadora analógica para astronomía. Astrónomos, matemáticos, expertos en computación, y conservadores han reinterpretado la maquina y han encontrado nuevas inscripciones en la caja que habían pasado desapercibidas en estudios anteriores.

"El mecanismo predice eclipses solares y lunares sobre la base de los ciclos de progresión aritmética babilonios", explica el equipo. Ruedas dentadas ligeramente descentradas, engranajes de más de 50 dientes que debieron funcionar con una precisión exquisita, escalas zodiacales, diales que van girando y muestran la posición del Sol y de la Luna un calendario que corresponde a 365 días son algunos de los movimientos de la vieja calculadora que han fascinado a los investigadores. Y no han acabado: ahora quieren hacer un modelo informático que funcione plenamente y tal vez una réplica exacta.

La experta François Charette recalca en Nature que pasó mucho tiempo hasta que un mecanismo de tal nivel de sofisticación emergió en la historia. Un conocido calendario luni-solar mecánico persa es del año 1000. "El mecanismo muestra una gran economía e ingenuidad de diseño. Es un testigo del extraordinario potencial tecnológico de la antigua Grecia, aparentemente perdido en el Imperio Romano", dicen los autores del trabajo.

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