El Gobierno se moviliza para lanzar la iniciativa de paz en Oriente Próximo

"En el plan no hay nada que Israel pueda rechazar", declara Moratinos

El Gobierno movilizó ayer a la diplomacia española para impulsar su iniciativa de paz en Oriente Próximo, que ha tenido una acogida desigual. El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se encargó de los dos frentes más problemáticos: Israel, que se ha apresurado a expresar su rotundo rechazo a la iniciativa, y EE UU, que aún no se ha pronunciado. Moratinos recibió al embajador estadounidense, Eduardo Aguirre, y telefoneó a su homóloga israelí para explicarles los detalles del plan. El ministro sostiene que en la propuesta "no hay nada que Israel pueda rechazar".

Mientras Moratin...

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El Gobierno movilizó ayer a la diplomacia española para impulsar su iniciativa de paz en Oriente Próximo, que ha tenido una acogida desigual. El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se encargó de los dos frentes más problemáticos: Israel, que se ha apresurado a expresar su rotundo rechazo a la iniciativa, y EE UU, que aún no se ha pronunciado. Moratinos recibió al embajador estadounidense, Eduardo Aguirre, y telefoneó a su homóloga israelí para explicarles los detalles del plan. El ministro sostiene que en la propuesta "no hay nada que Israel pueda rechazar".

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Mientras Moratinos se movilizaba ante EE UU e Israel, los embajadores españoles en los países de la UE y Oriente Próximo establecían contactos similares para explicar la iniciativa de paz a los Gobiernos correspondientes. Además, el secretario de Estado para Asuntos Europeos, Alberto Navarro, inició conversaciones con autoridades de los Veinticinco con el objeto de preparar la cumbre europea del mes que viene en Bruselas, donde el presidente José Luis Rodríguez Zapatero prevé presentar su propuesta al resto de mandatarios europeos.

En contraste con esta activa defensa del plan, el embajador de Israel en Madrid, Víctor Harel, reiteraba las quejas expresadas la víspera por su ministra de Exteriores, Tzipi Livni, de que España no informara previamente de lo que se anunció el jueves. "En estos momentos hay malestar en Israel porque se ha presentado una iniciativa sin una consulta previa entre nosotros, pese a que se trata de dos países que mantienen relaciones amistosas", declaró Harel.

"Sabía que al principio habría una reacción negativa, pero tengo plena confianza en que la iniciativa irá adelante. No hay nada [en el plan] que Israel pueda rechazar", manifestó Moratinos al diario israelí Haaretz

Tanto el presidente palestino, Mahmud Abbas, como el primer ministro, Ismail Haniyeh, de Hamás, han acogido positivamente el plan de paz, que lleva el respaldo de España, Francia e Italia, los tres países que más tropas tienen hoy en Líbano.

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Ni Exteriores ni la legación norteamericana en Madrid precisaron cómo se desarrolló la conversación entre Moratinos y Aguirre. Fuentes diplomáticas estadounidenses advierten de que será el Departamento de Estado quien evalúe y reaccione finalmente a las informaciones transmitidas por el ministro.

En cuanto a la polémica con Israel, que ayer se mantuvo viva por declaraciones de su embajador en Madrid, Moratinos se mostró conciliador y defendió la iniciativa española por intereses nacionales. "La iniciativa no es definitiva, tendremos que adaptarla", manifestó en la entrevista citada con Haaretz, repitiendo el argumento que dice haber expuesto la víspera a Tzipi Livni en un contacto telefónico. "Pero tenemos una sensación de urgencia, de que es preciso hacer algo", añadió.

Fuentes diplomáticas insisten en que el verdadero sentido de la propuesta es el hecho de que ni España ni Francia ni Italia, los tres países europeos que han arriesgado fuerzas para garantizar la estabilidad del Líbano, pueden ver impasibles cómo la situación se degrada "mientras la comunidad internacional repite que cualquier iniciativa resulta prematura". Ese sentido de presionar por una solución es lo que más se valora de la iniciativa española en el entorno del Alto Representante de la UE, Javier Solana, donde se subraya que los elementos del plan son "los correctos, los que se están trabajando con ahínco, pero sin éxito, porque nada se moverá mientras no se forme un Gobierno palestino de unidad nacional".

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