Kioto y los españoles
Parece mentira que, a estas alturas, todavía estemos a la cabeza en la lista de los europeos menos cumplidores con los compromisos de Kioto, y que no hagamos nada por evitarlo a corto plazo. En una época en la que nuestros gobernantes nos machacan todos los meses con los últimos datos sobre el paro, el IPC, el Euríbor y otras cifras a las que nos tienen acostumbrados, no estaría de más que nos publicasen, con la misma regularidad, las toneladas de CO2 que todos los meses emitimos a la atmósfera. Al fin y al cabo, ya hay quien lleva la cuenta, sólo se trata de informarnos y también de mentaliza...
Parece mentira que, a estas alturas, todavía estemos a la cabeza en la lista de los europeos menos cumplidores con los compromisos de Kioto, y que no hagamos nada por evitarlo a corto plazo. En una época en la que nuestros gobernantes nos machacan todos los meses con los últimos datos sobre el paro, el IPC, el Euríbor y otras cifras a las que nos tienen acostumbrados, no estaría de más que nos publicasen, con la misma regularidad, las toneladas de CO2 que todos los meses emitimos a la atmósfera. Al fin y al cabo, ya hay quien lleva la cuenta, sólo se trata de informarnos y también de mentalizarnos. Ya llegará el día en que, cuando lleguen las consabidas navidades, nos demos cuenta de que el engalanamiento de nuestras calles y comercios no es compatible con los acuerdos de Kioto, y que nuestro derroche energético no es sostenible ni a corto plazo.