Los casos más graves

Es misión de la escuela educar en la convivencia. Otra cosa es la violencia. "Existe, pero no sabemos si ha aumentado o no, pero desde luego, no podemos hablar de epidemia, asumiendo, desde luego, que los casos que se dan son graves y hay que solucionar eso", explica Rosario Ortega, profesora de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Córdoba. Cree, en todo caso, que la violencia en la escuela es una expresión de la que se vive en la calle y de niños que pasan horas sin control frente a la tele, que duermen menos de lo debido y comen con desorden. "Y de una ruptura generaci...

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Es misión de la escuela educar en la convivencia. Otra cosa es la violencia. "Existe, pero no sabemos si ha aumentado o no, pero desde luego, no podemos hablar de epidemia, asumiendo, desde luego, que los casos que se dan son graves y hay que solucionar eso", explica Rosario Ortega, profesora de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Córdoba. Cree, en todo caso, que la violencia en la escuela es una expresión de la que se vive en la calle y de niños que pasan horas sin control frente a la tele, que duermen menos de lo debido y comen con desorden. "Y de una ruptura generacional que los aparta de los padres y de los adultos. Es una costumbre tonta que los niños vean la tele en un cuarto y los padres en otro", dice.

Efectivamente, los casos más graves, sin ser mayoritarios, existen y preocupan de tal manera a las administraciones que, antes y después del plan de convivencia del ministerio, han aparecido en todas las comunidades iniciativas similares.

Muchas de ellas contemplan medidas como las que exigen los directores de instituto, pero también protocolos de actuación en casos graves, por ejemplo, de acoso (hay que recordar que éste se produce cuando la violencia psicológica o física se produce de forma continuada y sistemática).

El protocolo para estos casos de Castilla-La Mancha establece medidas desde la detección y las medidas inmediatas a tomar, hasta el proceso de seguimiento y las medidas de sensibilización para el resto de alumnos no implicados. También establece la intervención de las familias afectadas y en su caso, la puesta en conocimiento del caso a la Fiscalía de Menores.

Y más allá de los procedimientos sobre papel, los directores reclaman para esas situaciones "especialmente graves", la implicación y coordinación con otras instituciones, como los ayuntamientos, la policía o los juzgados. Algunos de ellos podrían incluso aportar algunas de esos profesionales que solicitan, como educadores y trabajadores sociales o psicólogos.

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