Roma sopesa mandar el Ejército a Nápoles

El presidente califica de "crisis sin precedentes" la violencia que sufre la ciudad italiana

Otras tres personas murieron ayer a tiros en Nápoles, en lo que parecía el inicio de una nueva guerra entre clanes mafiosos. El presidente de la República, Giorgio Napolitano, originario de Nápoles, dijo que la ciudad sufría "una crisis sin precedentes". Y el Gobierno empezó a considerar la posibilidad de desplegar fuerzas del Ejército en unas calles dominadas por la Camorra, la mafia local, y por una delincuencia juvenil rampante.

Las matanzas entre camorristas no son nada nuevo. En 2004 y 2005 hubo 140 homicidios de tipo mafioso, y este año se elevan ya a 53. Lo que más alarma en esto...

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Otras tres personas murieron ayer a tiros en Nápoles, en lo que parecía el inicio de una nueva guerra entre clanes mafiosos. El presidente de la República, Giorgio Napolitano, originario de Nápoles, dijo que la ciudad sufría "una crisis sin precedentes". Y el Gobierno empezó a considerar la posibilidad de desplegar fuerzas del Ejército en unas calles dominadas por la Camorra, la mafia local, y por una delincuencia juvenil rampante.

Las matanzas entre camorristas no son nada nuevo. En 2004 y 2005 hubo 140 homicidios de tipo mafioso, y este año se elevan ya a 53. Lo que más alarma en estos momentos a la población es el creciente salvajismo de los ajustes de cuentas. El lunes, un miembro del clan Misso, Vincenzo Prestigiacomo, fue tiroteado en una zona céntrica, junto al Museo Arqueológico, y a una hora, las 18,30 de la tarde, en la que la calle estaba llena de gente. Una joven rumana sufrió un balazo en una pierna.

Espanta el recurso a la violencia gratuita: se mata por un móvil o por un ciclomotor

El sábado fue una mujer, Patrizia Marino, quien cayó muerta. Dos hijos de Marino ya habían sido asesinados por la Camorra en junio. Cuando vio al ejecutor que entraba en su tienda, la mujer tuvo tiempo de gritar a su hija pequeña que escapara. También el sábado, por la noche, un joven de 18 años murió tras encajar 10 puñaladas de otro muchacho.

Ese homicidio no se agregó al balance mafioso, sino a otro igualmente alarmante, el de la violencia juvenil. "Los chicos tienen miedo y van armados, porque lo que espanta de verdad es el creciente recurso a la violencia gratuita: se mata por un teléfono móvil o por un ciclomotor, ya no se tiene en cuenta la proporcionalidad entre el beneficio del crimen y el riesgo que se contrae con el mismo", explicó Paolo Mancuso, el fiscal responsable de la delincuencia común.

Ante esta situación, el ministro de Justicia, Clemente Mastella, planteó el domingo la oportunidad de utilizar al Ejército como fuerza de orden público en Nápoles, como se hizo ya en 1994 y 1997. El presidente del Gobierno, Romano Prodi, no se mostró convencido al principio, y comentó que la crisis no se limitaba a Nápoles. "Todo el sur del país sufre gravísimos problemas y debemos buscar soluciones globales", dijo.

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Como medida de urgencia, encargó al ministro del Interior, Giuliano Amato, que elaborara un plan para enviar mil policías más. El despliegue del refuerzo, que consistirá probablemente en 1.300 policías adicionales, debería comenzar el jueves día 9. Después de las tres muertes de ayer, Prodi pareció contemplar más favorablemente la opción militar. "Estamos analizando el uso del Ejército", declaró.

Algunas cifras no dan una idea exacta de la situación. En los primeros seis meses de este año han sido denunciados 3.400 atracos a mano armada. Se calcula, sin embargo, que sólo se denuncia uno de cada dos atracos. Según la organización empresarial Confesercenti, las extorsiones mafiosas cuestan miles de millones de euros. Un negocio céntrico paga, a cambio de la protección mafiosa, entre 500 y 1.000 euros mensuales. Un supermercado paga 3.000.

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