Cartas al director

Trasplantes: contestación

1. Al director de la Organización Nacional de Trasplantes. En su réplica a mi carta (EL PAÍS, 23-10-06) pretende ocultar con insultos que el dinero, y no su hada madrina, es el hacedor del "milagro español". Pero no puede negar los hechos que yo expuse. No niega que se paga por trasplante, un verdadero incentivo financiero a la producción insólito e injusto en la sanidad pública, agobiada por graves necesidades mal atendidas; no niega que ese incentivo añadido al sueldo permite a los médicos y enfermeras de los equipos de trasplantes unas remuneraciones muy superiores, el doble o más, q...

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1. Al director de la Organización Nacional de Trasplantes. En su réplica a mi carta (EL PAÍS, 23-10-06) pretende ocultar con insultos que el dinero, y no su hada madrina, es el hacedor del "milagro español". Pero no puede negar los hechos que yo expuse. No niega que se paga por trasplante, un verdadero incentivo financiero a la producción insólito e injusto en la sanidad pública, agobiada por graves necesidades mal atendidas; no niega que ese incentivo añadido al sueldo permite a los médicos y enfermeras de los equipos de trasplantes unas remuneraciones muy superiores, el doble o más, que las de sus compañeros en otros servicios que no tienen menos celo, ni menos formación ni, desde luego, menos utilidad asistencial; no desmiente que esos trasplantadores bien pagados constituyen en realidad una red de detección de donantes y persuasión de familiares de singular influencia (el número de donaciones, ha demostrado Prottas, depende mucho más de la colaboración de los médicos de hospitales que de la actitud de la población) y tampoco discute que en la medida en que esos incentivos financieros a médicos y enfermeras producen donaciones, o expresado de otro modo, en la medida en que se reducirían las donaciones de suprimirse esos incentivos (reducción que sin duda sería notable: en la donación de sangre no hay estímulos de este tipo y España está a la cola de la Unión Europea) el modelo español compra, de hecho, órganos, cosifica el cuerpo humano (nunca me referí, como tergiversa el director del milagro, a "compraventa" por los médicos que trasplantan, qué disparate). En resumen, no hay magia, sólo dinero al margen de la ética. Éxito fácil.

2. Al profesor Moreno González. Me advierte (EL PAÍS, 26-10-06) de que mi "relato mercantilista puede reducir la tasa de donaciones". Así pues, o me callo, aunque digo la verdad, o podría causar la muerte o graves perjuicios a enfermos en espera, nada menos. Algo inaceptable. Al parecer, el profesor Moreno González prefiere una sociedad desinformada, incapaz de censuras morales o recelos fundados. La carta del profesor Moreno González no es más que una confesión de parte: el modelo español no resiste que los ciudadanos conozcan cómo es realmente.

3. Los "países más poderosos científica y económicamente no han conseguido imitarnos ni de lejos" porque no quieren. Porque no engañan a la sociedad, fomentan el altruismo y se ajustan a la ética aunque sus tasas de donaciones sean bajas.

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