Barcelona asalta Europa por aire

Europa nunca estuvo tan cerca. La proliferación de compañías aéreas de bajo coste ha multiplicado las posibilidades de volar barato desde los aeropuertos catalanes -en especial, desde El Prat- hacia un centenar de ciudades europeas. La avalancha de ofertas ha situado en el mapa urbes adonde, hasta hace unos meses, pocos turistas se aventuraban a viajar. Además, ha mejorado las conexiones con las capitales y las grandes ciudades.

Milán se sitúa a la cabeza de las más beneficiadas por el nuevo modelo: hasta cinco aerolíneas low cost -o "de precios competitivos", como gustan llamars...

Europa nunca estuvo tan cerca. La proliferación de compañías aéreas de bajo coste ha multiplicado las posibilidades de volar barato desde los aeropuertos catalanes -en especial, desde El Prat- hacia un centenar de ciudades europeas. La avalancha de ofertas ha situado en el mapa urbes adonde, hasta hace unos meses, pocos turistas se aventuraban a viajar. Además, ha mejorado las conexiones con las capitales y las grandes ciudades.

Milán se sitúa a la cabeza de las más beneficiadas por el nuevo modelo: hasta cinco aerolíneas low cost -o "de precios competitivos", como gustan llamarse- llevan a la ciudad italiana. En el cuadro de honor se sitúan también Amsterdam, Bruselas, Budapest, Manchester y París, adonde se puede ir con cuatro compañías distintas desde Barcelona y Girona. La lista de éxito la completa un importante grupo de ciudades -algunas de innegable atractivo, como Berlín, Londres, Praga y Roma- conectadas por tres aerolíneas.

Amsterdam, Bruselas, Budapest, Manchester, Milán y París son las más beneficiadas

Otros casos sólo se entienden en el contexto del sector. Las británicas Bristol, Glasgow y Newcastle, así como las alemanas Colonia, Düsseldorf y Stuttgart, también disfrutan de triple conexión. La razón es la existencia de numerosas aerolíneas de bajo coste en estos dos países. Se trata de compañías con rutas muy específicas y orientadas a llevar visitantes a Cataluña, más que a llevar catalanes a Alemania o el Reino Unido.

"La gran ventaja de las low cost es que estimulan el tráfico aéreo todo el año. Y gracias a los precios, enlaces que ayer parecían impensables hoy son viables", dice Jordi Solé, coordinador del Comité de Desarrollo de Rutas Aéreas (CDRA), organismo integrado por la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona, la Cámara de Comercio y AENA.

A juicio de Solé, las terminales catalanas están "bien conectadas", en general, con el resto de Europa. Pero reconoce la existencia de "agujeros"; es decir, zonas escasamente cubiertas por las low cost. "Hay que mejorar la unión de Barcelona con Grecia, con la península escandinava y con los países del Este".

Los responsables del CDRA mantienen reuniones con las empresas para potenciar estas rutas. De hecho, ya han surgido compañías de bajo coste en países de la extinta Unión Soviética, que ofrecen destinos limitados. La polaca Centralwings, verbigracia, vuela únicamente de Girona a Varsovia y ya se han vendido miles de billetes para los próximos meses, según se lee en su página web. Y Wizzair, que lleva a Katowice (sur de Polonia), Bucarest y Transilvania desde 18 euros ida y vuelta sin contar las tasas.

Este modelo, que se da con frecuencia también en Italia, contrasta con el de las compañías que trabajan en red y conectan entre sí numerosos núcleos europeos. Entre ellos, Barcelona. Es el caso de Vueling. "El consumidor catalán nunca ha tenido un mejor momento para volar a Europa; la competencia es positiva", opina el director comercial de la low cost española, Vicenç Martí. Un portavoz de AENA añade que hay que tener en cuenta que el mercado de las compañías de bajo coste está sometido a continuos vaivenes. No sólo por su estacionalidad -más destinos en verano-, sino porque "se produce una entrada y salida constante de compañías y destinos".