APUNTES

Una carrera con el doble de 'erasmus' que de autóctonos

La carrera de Ingeniería Textil ha conocido tiempos realmente duros. Hubo años, no hace mucho, en el que la cifra de nuevos matriculados llegaba con suerte a tres. La cosa pintaba mal; en el rectorado del campus de Vera, del que depende la Escuela Politécnica Superior de Alcoi (EPSA), empezaba a hablarse sin demasiada delicadeza de la posibilidad de suprimir un título cuya demanda decaía a la misma velocidad que la industria textil que le dio sentido.

La EPSA no perdió los nervios. Le dio vueltas al asunto y por fin encontró la solución en el internacionalismo. Si los valencianos...

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La carrera de Ingeniería Textil ha conocido tiempos realmente duros. Hubo años, no hace mucho, en el que la cifra de nuevos matriculados llegaba con suerte a tres. La cosa pintaba mal; en el rectorado del campus de Vera, del que depende la Escuela Politécnica Superior de Alcoi (EPSA), empezaba a hablarse sin demasiada delicadeza de la posibilidad de suprimir un título cuya demanda decaía a la misma velocidad que la industria textil que le dio sentido.

La EPSA no perdió los nervios. Le dio vueltas al asunto y por fin encontró la solución en el internacionalismo. Si los valencianos no estaban interesados en estudiarla, saldrían a buscar a los alumnos fuera.

La carrera ha alcanzado este curso el honroso número de 24 nuevos matriculados. 17 de ellos son erasmus. El año pasado estudiaron en sus aulas 16 turcos y la EPSA puede haber encontrado un nuevo filón en China.

El director del campus, Enrique Masiá, ha introducido otra novedad: Se acabó lo de ofrecer un número concreto de plazas, del que resultaba un fuerte contraste entre oferta y demanda. La mayoría de los 450 nuevos alumnos no se han matriculado a través de la preinscripción, sino directamente en "ventanilla".

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